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De Cuba.

Dialogando con Fidel

Dialogando con Fidel

 

A un año de tu entrada en el Olimpo de los Grandes te hablo, Comandante. Te hablo de tu país, de tu pueblo, de la gente sencilla y humilde para quienes hiciste esta Revolución.

Ahora mismo resuenan en mis oídos los gritos de cada cubana y cubano de bien, del anciano, de la mujer, del joven y de los niños. ¡Yo soy Fidel! Y puedo asegurarte, Comandante, que no es una consigna vacía, porque no puede estar en los labios y el corazón de los agradecidos unas palabras huecas o sin sentido. Tú lo sabías, porque con Martí aprendiste que “toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”. Por eso te vemos hoy, lejos de las estatuas de mármoles o de la adoración ciega y fría que impide el actuar.

Cada cual lleva su Fidel por dentro.

Estás en el Moncada, defendiendo el decoro de la Patria, junto a Martí, desembarcando en el Granma, subiendo a la Sierra.  Ahí estás, como siempre, con las botas calzadas, la mochila a tus espaldas y el fusil de guerrero.

Aquella niña te ve en los Congresos Pioneriles, cuando tú atentamente escuchabas a “los que saben querer” y junto a ellos tomaban decisiones muy serias para el futuro. Te veo con el obrero, en una fábrica, o con el campesino, en pleno campo, o tan joven, eternamente joven, cortando caña y sudando a cántaros con el machetero. Te veo en aquel Campamento Juvenil de la Habana cuando celebraste un cumpleaños colectivo de muchachas y muchachos y disfrutaste como el que más.

Estás ahora mismo, entrando a Santiago de Cuba, y como aquella vez en la Habana, advirtiéndonos que quizás a partir de ahora todo sería más difícil.  Estás enseñándole el pecho a quienes pensaban que traías chalecos antibalas, y con una frase lo dijiste todo para que quedara bien claro para siempre: “llevo un chaleco moral”.

Conversas con las mujeres, diciéndonos que vendría un período especial, pero que conserváramos el vestido que llevábamos en aquel Congreso para seguir hermosas y altivas aún en los momentos más duros.

Eres el periodista mayor, porque en nosotros confiaste muchas veces para transmitir tus grandes proyectos, tus ideas, tus insomnios.

Vives en el atleta que te recuerda como el mejor deportista. Y en el artista y el intelectual que ven en ti la síntesis de todo un pensamiento emancipador que aprendimos desde Félix Valera, o quizás, desde que Hatuey fue quemado en la hoguera por los conquistadores.

Estás, Comandante, desafiando tantas Administraciones norteamericanas que intentaron de todas las maneras posibles, infructuosamente, desaparecer tu ejemplo y tu vida.

Estás criticando lo mal hecho, cada error cometido, cada insuficiencia, intolerante ante cada intento de aprovecharse de apoderarse de un cargo para vivir mejor. Crítico ante la burocracia y ante lo mal hecho. Hablando de Campaña de Alfabetización, de Batalla de ideas, de Revolución Energética, de sueños realizados y por realizar.

Estás otra vez, en aquel 26 de Julio de 1989, en Camagüey, anunciando al mundo que si la Unión Soviética se desintegraba, “¡aún en esas circunstancias Cuba y la Revolución Cubana seguirían luchando y seguirían resistiendo!”

Estás en la Universidad de la Habana, advirtiendo a las nuevas generaciones, “que los hombres pueden hacer que las revoluciones se derrumben” y que es preciso una alta responsabilidad y decoro para preservar el futuro del socialismo.

Apareces, inmenso, en las Naciones Unidas,  hablando con las voces de los que no tienen voz para decir sus verdades, diciendo que era preciso desaparecer la filosofía del despojo, para desaparecer la filosofía de la guerra.  Allí estás, Comandante, en la Plaza de la Revolución martiana, con millones de personas escuchándote.

Te veo ahora mismo en las imágenes de mi ciudad, fundando empresas, abanderando colectivos obreros, conversando con las muchachas del Contingente agrícola “Las Marianas”, caminando por el Pedraplén, encendiendo la llama eterna al Che.

Volví a verte caminar por la plaza santaclareña, en la madrugada de diciembre, frente al Che Guevara, como hace justamente un año, cuando dialogaron como los grandes amigos quijotescos que fueron y que son. Hablando de futuro, de la América, de este mundo incierto que necesita más justicia y paz. Con los artistas que te cantaron y danzaron para evocarte. Con jóvenes que llevaban tantas banderas en tus manos, y tu rostro en los brazos y en sus corazones.

En septiembre caminaste por los poblados devastados por el Huracán Irma, y alentaste a la gente que quedó sin nada, como aquella vez en que Isabela de Sagua o Corralillo, o el poblado de Carahatas te vio bajo la lluvia con tus manos y tus palabas certeras transmitiendo la esperanza.

Ahora que estás con Martí y con Céspedes, vuelves a decirnos con ellos que “Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras, que es preciso alzar la espada, en la voz siempre irredenta de “¡Independencia o Muerte!”, que “la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida! Ahora, Comandante,  vuelves a hablar con Frank, con Abel, con los muchachos de la generación del Centenario del apóstol que te acompañaron al Moncada. Con Mariana, hoy multiplicada entre tantas madres y esposas de esta isla.

Una vez dijiste que  el día que murieras de verdad nadie lo iba a creer, porque ibas “a andar como el Cid Campeador, que ya muerto lo llevaban a caballo ganando batallas”. Así, estás, Comandante, invicto, al frente de tu tropa, indicándonos la luz. Vivo.

Las razones de un joven periodista cubano

Las razones de un joven periodista cubano

 

Enrique Moreno Gimeránez es el profesional más joven que hoy labora en la Emisora Provincial CMHW de Villa Clara y ya se ha ganado el afecto de sus compañeros de trabajo y del pueblo.

Este novel periodista comenzó su vida laboral el pasado mes de septiembre, por tanto es la primera vez que celebró un Primero de Mayo como un trabajador comprometido con su Patria.

“Este Primero de mayo pensé en dos personas, en el Comandante en Jefe Fidel Castro porque fue una vez más la oportunidad de ratificar al mundo que las nuevas generaciones y los jóvenes periodistas cubanos no traicionaremos jamás la obra de la Revolución y estaremos siempre a la altura que nos pedía el Comandante en Jefe, de hacer un periodismo creativo, crítico y comprometido. Pensé también en mi madre, que me enseñó la significación del Día Internacional de los Trabajadores, recuerdo que me llevaba de niño a los desfiles y esta vez le pude decir: madre, tus enseñanzas calaron en tu hijo  y la tradición familiar se mantendrá. Tus enseñanzas están en tu hijo joven, ya periodista, que ahora reporta las verdades y alegría de nuestro pueblo en esta fiesta del proletariado mundial”.

Enrique Moreno ha ganado lauros como el Premio de Periodismo Joven otorgado recientemente por el periódico Juventud Rebelde, y ha sido testigo de importantes acontecimientos de este país.

 

Para él “es un reto todos los días levantarte y saber que vas a desempeñar tu vida laboral en una emisora como la CMHW, de tanto prestigio, coronada por el pueblo como la Reina Radial del Centro. Ha sido un reto diario, es la esencia de un joven cubano, recién egresado,  tratando de hacer cada día un periodismo mejor a la altura del siglo 21, es cada día preguntarse qué puedo hacer por Villa Clara, por Cuba. Ese es mi desvelo cotidiano”.

Enrique es de esos jóvenes inquietos, muy activo en las redes sociales, con gran dominio de las herramientas de la red Twitter, a los que les corre el periodismo y la radio por las venas. “Soy nativo digital y me apasiona utilizar Internet para informarme e informar al mundo”, dice.

LA COBERTURA MAS DIFICIL

Comenzaba su vida laboral, y fue integrante del equipo que reseñó desde Villa Clara el tributo a Fidel y la llegada de la Caravana con las cenizas del líder de la Revolución Cubana a esta ciudad.

“Ahora me viene a la mente la cobertura más difícil y que jamás olvidaré, la que tuve que reportar con solo tres meses de graduado, y fue el tributo del pueblo a Fidel en su partida física, quisimos crecernos a la altura del momento histórico, honrar así al gran líder. Nos tocó un punto difícil, en la Autopista Nacional, cuando entró la Caravana a Santa Clara, de madrugada y lo que quise transmitir fue  que un joven recibía a otro joven eterno, al joven Fidel que regresaba a Santa Clara. Al día siguiente todos los colegas nos abrazábamos, no habíamos dormido, pero estábamos invadidos por la emoción, creo que el equipo de periodistas de la CMHW se unió más que nunca y demostró una vez la alta profesionalidad que lo caracteriza por esos días de dolor y orgullo nacional”, dice emocionado.

EL PERIODISMO JOVEN EN CUBA

Sobre los retos del periodismo joven en Cuba opinó: “Nos tocan grandes desafíos como joven generación de periodistas, primero, dar nuestra realidad, tan desvirtuada por la gran prensa, defender causas justas, insertarnos en las redes sociales en Internet, y hacer una prensa cercana a la Cuba de hoy, con una visión crítica del escenario nacional, pero con muchos argumentos, con investigaciones acertadas, y con soluciones para seguir aportando al desarrollo de nuestra sociedad, de nuestro proyecto, con las transformaciones que hoy sufre Cuba”.

Recientemente este joven periodista tuvo otra experiencia memorable, subir a la elevación más alta de Cuba, el Pico Turquino junto a jóvenes universitarios, un hecho que reseñó para diversos medios de comunicación.

“Escalar el Turquino fue una cobertura que soñamos hacer siempre, recibí la invitación de la Universidad Central y de los integrantes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y no lo pensé dos veces, nos propusimos que si un día teníamos esa oportunidad íbamos con una bandera cubana, y lo hicimos. En el Turquino pusimos la bandera cubana como símbolo que los jóvenes jamás dejaríamos caer esa bandera”.

COMPROMISOS CON MI PAIS

Hoy Enrique Moreno sigue soñando con la defensa de la profesión por la que un día apostó para convertirse en un mejor ser humano.

“Cada día cuando subo la escalera de la CMHW veo un diploma con el rostro de nuestro Héroe Nacional José Martí, él es mi inspiración, trato  de dar lo mejor que puedo, darlo todo a cada instante , con cada trabajo que preparo, por hacer un mejor periodismo, cuando te reconocen en la calle es un compromiso con las personas que te agradecen, eso es una alta responsabilidad, porque si hiciste algo bien hoy, tendrás que hacerlo mejor mañana, porque no hay nada más hermoso que estar al lado de tu pueblo”.

Esas son las razones de un joven periodista cubano que hoy tiene la certeza de que su voz, su palabra y su verdad siempre estarán al lado de un país donde nació y donde echará raíces.

 

Exposición en Casa del Joven creador en Trinidad

Exposición en Casa del Joven creador en Trinidad

Comparto con ustedes una información que me hizo llegar desde Trinidad una amiga, parte de la familia, pues es la mamá de mi querida sobrina Reglita.

La noticia demuestra cómo la cultura cubana sigue conquistando espacios.

Este 26 de diciembre será abierta en la Casa del joven creador de esa bella ciudad la exposición "Decadencia y entropía", de los artistas Edras Francisco Rodríguez y Adonis Toledo Torres.

La muestra  indaga sobre aspectos insoslayables de nuestra realidad como nación, un viaje en el tiempo y la memoria que indaga en el decurso del  escenario social y cultural cubano. La curaduría es de Michel García Magariño.  Edras Francisco utiliza la mariposa como leit motiv, mientras que Adonis Toledo se basa en la urbanización, en las ciudades que a pesar de la decadencia de sus edificios, siguen moviéndose en el paso del tiempo.

La muestra se trasladará a Canadá en marzo. ¡Enhorabuena!

Días luminosos y tristes de noviembre

Días luminosos y tristes de noviembre

 Vuelvo al Che y he vivido por estos días, a decir del Guerrillero Heroico, días luminosos y tristes junto a Fidel.

Tristes, porque aún no logro asumir la partida del líder, el hombre que convocaba multitudes, y nos enseñó a vencer todas las batallas, aún en las circunstancias más difíciles. Él era un invicto, y lo creíamos inmortal.

Hoy como tantos cubanos y cubanas, soy de los agradecidos que lo acompañan, y junto al llanto incontenible, hay una fuerza que me convoca a seguir.

Días tristes porque he visto a niñas y niños llorando, y escribiéndole poemas y promesas que nunca pude imaginar. Porque he visto jóvenes con las miradas firmes, y ayudando a los ancianos a llegar hasta las imágenes del Comandante y colocarle una flor y un papel con un mensaje, un mensaje de amor y de esperanza. Porque he visto hombres de rostros duros asolados.

Días tristes porque vi llegar en la fila interminable de villaclareños que fueron a la Sala Caturla de la Biblioteca Provincial Martí y en toda la geografía villaclareña a personas de todas las edades, de todos los credos, de todas las generaciones, con las manos temblorosas y con los puños apretados y porque he visto a familias enteras, desde los abuelos hasta madres con sus bebés en brazos, protagonizando el homenaje eterno, porque la historia crecerá, como él supo enseñarnos, y porque él nos dijo antes que en el pueblo había muchos Camilos y que cuando quisiéramos un modelo de hombre pensáramos en el Che. Frases que hoy son aplicables a él.

Días tristes porque a Cuba le queda un vacío que solo cada uno de nosotros tendremos que llenar desde nuestras trincheras. Tengo en mis memorias de estos días, desde el 25 de noviembre, los testimonios de mi gente, de la niña que me dijo que le dolía mucho que sus hijos no iban a nacer en los tiempos de Fidel, y porque una Doctora internacionalista salió tan emocionada del tributo que solo pudo decir que había perdido a un padre.

Días luminosos porque Fidel ha tenido la virtud de unir a este pueblo, de fundir generaciones, porque como me dijo un estudiante universitario, el alma de Fidel era tan grande que no cabía ya en su cuerpo y tuvo que emprender vuelo al futuro, y porque un niño me dijo que leería todos sus discursos para ser como él y que Fidel no se había ido.

Y porque un líder religioso me recordó que Fidel es pueblo, y porque una trabajadora de la ciencia me recordó que es el tributo a la vida que comienza, porque es el paso del Comandante a la eternidad con una luz que nos va a iluminar a todas las generaciones. Porque en la velada- homenaje los artistas cantaron al futuro, mientras esa madrugada los dos Comandantes, Fidel y el Che, volvían a reunirse para darnos instrucciones, para decirnos qué más tenemos que hacer en estos tiempos de tristeza y de luz. Porque esa misma madrugada los educadores corearon himnos y alzaban sus voces con vítores que retumbaron en la Plaza, y me fotografié con jóvenes abrazados de la bandera, mientras todos gritaban ¡Yo soy Fidel!

Días luminosos porque vi el Parque Vidal de Santa Clara repleto de personas, y porque como nunca antes flotaron tanto las banderas cubanas, y porque como nunca antes se entonaron con tanta emoción las notas del Himno nacional ante el cortejo fúnebre.

Días luminosos y tristes de noviembre porque más fuertes que nunca escuché las voces de ¡Viva Fidel! ¡Todos somos Fidel! ¡Comandante en Jefe, ordene!

Días luminosos porque a partir de ahora, Fidel se une al Olimpo de los grandes de la América, iluminará con la espada de Bolívar, el ideario de Martí, la alegría de Chávez, la inmortalidad de O’Higgins, Sucre, San Martín, Benito Juárez, Mandela, el Che, y tantos otros que nos mostraron el camino de la libertad.

Días luminosos porque Fidel vuelve a cabalgar triunfante en la Caravana de la Libertad, a unirse con nuestro Apóstol José Martí, y desde allí conquista la gloria eterna, esa gloria que solo alcanzan los que luchan toda la vida, los imprescindibles. Días luminosos porque hoy vuelvo a decir con mi pueblo: ¡Gracias Fidel! ¡Gracias por tu vida! 

 

Mi foto con Fidel

Mi foto con Fidel

 

Lo confieso hoy. Entre mis tantos sueños cuando me hice periodista, estaba aquel de entrevistar a Fidel. Y la vida me regaló esa oportunidad.

Di cobertura en la Habana a varios momentos inolvidables en que él fue protagonista. Estuve en Tarará cuando él le dijo a los  niños que ellos tenían muchas cosas que decir, y que haríamos Congresos Pioneriles, estuve en el recibimiento al último grupo de internacionalistas que retornaron orgullosos y triunfantes de Angola, en una de las páginas más hermosas escritas por este país.

Estuve allí en aquel acto, cuando Raúl le informó oficialmente que la Operación Carlota había concluido. Recorrí con los pioneros la redición del trigésimo aniversario de la Caravana de la Libertad y Fidel estaba allí, en Ciudad Libertad, otra vez con una paloma en su hombro.

Estuve en la inauguración de la Capilla del Hombre en Quito, cuando se inauguraba esa Capilla Sixtina de la América, mientras él y Chávez eran aclamados por el pueblo.

Aquí en Santa Clara cubrí la inauguración de la Escuela de Trabajadores Sociales cuando él transitaba con su paso de gigante por los pasillos, escoltado por los estudiantes que sonreían junto a él luego de escuchar poemas y sueños.

Pero tengo entre mis recuerdos más hermosos dos fotos, dos fotos del mismo momento. Corrían los años 90, yo era reportera de la Televisión cubana y me enviaron a reseñar un cumpleaños colectivo en el Campamento Juvenil Agrícola “EL Paraíso” en el municipio de Güines, perteneciente a la antigua provincia La Habana, donde las nuevas generaciones se involucraban en las tareas decisivas de producir alimentos para el pueblo.

Llegaron Fidel y Raúl, y todo se convirtió en una verdadera fiesta, hubo fotos, y alegrías y esperanzas compartidas entre el eterno joven rebelde y aquellos muchachos y muchachas. Pude llegar hasta él, temblorosa, emocionada, con las cámaras de la Televisión, y entonces comenzamos esa larga conversación que él establecía siempre con los colegas de la prensa.

Ese día Fidel habló de los tiempos difíciles que vendrían, pero también venía cargado de optimismo, comentó sobre el futuro de Cuba aún en medio del duro período especial.

Fidel ratificó su confianza en la juventud, en el mañana, en su pueblo. Hoy vuelvo a mirar esas fotos, y en medio de la tristeza, sigo repasando esas imágenes en que Fidel me toma las manos, me explica sus ideas, me infunde ánimos y me habla de su certeza y seguridad en el triunfo.

Ese es el Fidel que quiero conservar no solo en esa fotografía, sino en mi pensamiento, con la promesa de ser fiel a ese hombre que en medio de una crisis habló a una joven periodista de esperanzas, de pueblo y de futuro.

Hija de la generación de Fidel

Hija de la generación de Fidel

 

Soy hija de la generación de Fidel. Estaba aún como semilla en el útero de mi madre aquel abril de 1961 cuando con voz emocionada,  el hombre de barbas, mirada profunda y uniforme verde olivo, declaraba el carácter socialista de la Revolución, ante una multitud enardecida que fusiles en alto, juraba defender esta Revolución de los humildes, con los humildes  y para los humildes.

Desde que abrí los ojos al mundo, como todas las cubanas y cubanos de mi tiempo, Fidel marcó nuestras vidas.

A él comencé a comprenderlo cuando mi padre me leía “La Historia me absolverá”, y mi madre y mis tías me contaban de las miserias y tristes penurias de la familia antes de 1959, y de la muerte de mi abuela materna sin medicinas. Entonces supe la razón de la lucha de ese hombre que siguió creciendo siempre, ante mis ojos.

Todavía me emociono cuando veo sus imágenes en las arenas de Girón, en la Crisis de Octubre, en las zafras del pueblo, en marchas, en momentos dolorosos como la explosión de la Coubre o informando al pueblo sobre la triste muerte del Che o sobre el Crimen de Barbados.

Crecimos escuchando sus discursos, viéndolo inaugurando obras, en los lugares más difíciles, cuando un huracán dejaba sus huellas en cualquier territorio. Recorriendo hospitales, escuelas, colectivos laborales, programas agrícolas, hidráulicos, comunidades recién fundadas. Soñando un país nuevo, un proyecto de luz.

Disfruté sus diálogos con el pueblo, porque Fidel era y es el pueblo mismo.  Hablaba como uno más con obreros, campesinos, mujeres, intelectuales, artistas, jóvenes, religiosos, deportistas, estudiantes. Fidel tenía esa vocación única de cambiar de pieles e interpretar los sentimientos de cada cual.

Con Fidel aprendí que los seres humanos también nos equivocamos y que en la construcción de un proyecto también se cometen errores, pero con él supe que es posible fundar el optimismo, y convertir en revés la victoria.

Me hice periodista y la vida me regaló la oportunidad de estar muy cerca de él en eventos nacionales, Congresos, recorridos por la Habana, encuentros con jóvenes y niños. Pude entrevistarlo y conservo fotos con él como mis talismanes que me convocan a serle fiel, aunque los tiempos hayan cambiado, y aunque muchos insistan en decir que la utopía no está de moda en el siglo 21.

Lo vi trascender como el mejor discípulo de Martí, porque Fidel dejó de ser sólo un líder de mi isla, para convertirse en líder mundial. Fidel dejó de ser mío para ser de todos, porque puso el nombre de Cuba en la agenda del planeta.

Allí estuvo en las Naciones Unidas, defendiendo la propia existencia humana, con la voz de la dignidad en tribunas mundiales. En la América, Fidel saldando la deuda de nuestro pueblo con África. Internacionalista, fundador del ALBA, librando con todos nosotros el regreso del niño Elián, primero, y de los cinco héroes después, Fidel el de la Revolución Energética y la Batalla de Ideas.

Fidel el que encendió aquí en 1997 la llama eterna al Che Guevara y a sus compañeros de lucha, el Destacamento de Refuerzo como él los denominó. El que vino a esta ciudad hace 20 años para decirnos aquel 30 de septiembre de 1996 que es el pueblo protagonista de las grandes proezas, y que esa era fecha siempre lo uniría eternamente en el recuerdo a esta ciudad y a los hijos e hijas de esta provincia.

Fidel nos enseñó que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz.  Aun cuando vimos encorvarse sus espaldas, encanecer sus cabellos y sus barbas, cuando vimos su salud quebrantada, cuando sabíamos que, por ley de la vida, un día tendríamos que despedirlo, hoy lloro su partida, pero, sobre todo, doy gracias a la vida por haber sido hija fiel de su generación, de haber crecido bajo sus enseñanzas, sus ideas renovadoras, su optimismo sin límites, su espíritu de resistencia, ese que supo transmitirnos bajo cualquier circunstancia. Así lo veré siempre, como el gigante de uniforme verde olivo, fusil al hombro, siempre joven, el que acompañó cada acto de mi vida, el que tendré siempre al lado del corazón, para seguir la ruta que él trazó a esos que, junto a él soñamos un país nuevo, y un planeta donde un día puedan reinar la verdad, la justicia y el amor.

 

Villa Clara: “Tenemos memoria. Solidaridad VS Bloqueo

Villa Clara: “Tenemos memoria. Solidaridad VS Bloqueo

 

Villa Clara se suma a la Jornada Mundial “Tenemos memoria. Solidaridad vs bloqueo” que se extenderá hasta el próximo 27 de octubre y deviene un llamado a los cubanos y personas de bien del mundo para respaldar la resolución que una vez más presentará nuestro país en las Naciones Unidas “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba”.

Será también un momento propicio para recordar los daños del terrorismo no solo para nuestro país, sino para todas las naciones del mundo, explicó Iris Menéndez, delegada del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos en este territorio, quien enfatizó que se ha recordado a las víctimas del Golpe fascista en Chile, además de reforzar la solidaridad con el hermano pueblo de Puerto Rico.

A propósito significó que el 21 de septiembre visitará el territorio una brigada de independentistas boricuas que dialogarán con jóvenes villaclareños, además de reclamar una vez más la excarcelación del patriota Oscar López Rivera, preso en Estados Unidos por más de tres décadas.

El 17 de septiembre los villaclareños se unirán al Tuitazo mundial contra el Bloqueo donde participarán todos los blogueros y twitteros revolucionarios, así como estudiantes de otras nacionalidades que se preparan como profesionales en la provincia y deseen sumarse a la convocatoria con las etiquetas: #SolidaridadVsBloqueo,  #TenemosMemoria,  #CubaVsBloqueo y #Cuba.

También los niños de la Colmenita de Santa Clara y jóvenes del territorio se sumarán a la danza (Flashmob), contra el bloqueo, que tendrá lugar el 17 de octubre  junto a los amigos de Code Pink en varios países del mundo.

Las jornada llegará a comunidades, escuelas y el 28 de septiembre en la sede villaclareña del ICAP se efectuará una Audiencia cederista con motivo del aniversario 56 de los Comités de Defensa de la Revolución, ocasión propicia para compartir las experiencias de la sociedad civil cubana en torno a la lucha contra el bloqueo.

El 6 de octubre, a propósito del aniversario 40 del Crimen de Barbados,  se prevé en Santa Clara un Panel que bajo el nombre “Tenemos Memoria” recordará los actos terroristas contra nuestro pueblo, y sus dolorosas secuelas para la nación.

A partir del 17 de octubre,  día mundial de lucha contra el bloqueo, se intensificará la jornada con mensajes en las redes sociales y sitios WEB, además de actividades en barrios, escuelas y centros laborales.

También ese día se presentará en Villa Clara el documental “Todo Guantánamo es nuestro” de Hernando Calvo Ospina y que hace una mirada a las razones de Cuba para exigir la devolución de esa porción de nuestro territorio, ocupada ilegalmente.

Las actividades culminarán el 27 de octubre, día en que se realizará la votación en la Asamblea General de las Naciones Unidas del documento presentado por nuestro país sobre la necesidad de poner fin a la cruel política de bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.

Nuevo curso: el alumbramiento del futuro de la Patria

Nuevo curso: el alumbramiento del futuro de la Patria

 

 

Dalia Reyes Perera

Septiembre comienza con la gran fiesta del saber. Septiembre de libretas, de lápices y libros, de pizarras, tizas, y computadoras. Septiembre de niñas y niños, adolescentes, jóvenes y también de adultos, contagiando con su alegría las calles, los barrios, y cada escuela que abre sus puertas como un palacio donde  maestros y profesores regalan el tesoro mayor: el conocimiento del mundo.

Nadie ha dicho que será un curso fácil para Cuba. Las limitaciones de recursos han dejado sus marcas en la infraestructura de las instituciones educacionales, también hay dificultades con la cobertura docente, hay imprescindibles transformaciones en la enseñanza que constituyen un gran reto, pero nada impedirá que una vez más, el período lectivo culmine exitosamente.

Una vez más, profesionales, trabajadores de la producción de vasta experiencia, alumnos de las universidades y de centros pedagógicos estarán frente a las aulas junto a los más consagrados pedagogos de todas las generaciones.

El Estado volverá a dedicar, con grandes esfuerzos, gran parte del presupuesto para garantizar la reparación de escuelas, círculos infantiles, institutos politécnicos, universidades y para que se cumpla definitivamente, el objetivo del sector y de la nación, porque aquí, ya lo sabemos, lo más importante es el futuro del país y la formación de seres humanos con los valores y virtudes imprescindibles para hacer una sociedad mejor.

En Villa Clara abren sus puertas este 5 de septiembre más de 600 escuelas de todos los niveles de enseñanza, con más de 112 mil estudiantes. Ellos tienen a su disposición los recursos y materiales necesarios  para aprender y formarse para la vida.

Ellos tendrán a sus maestros y profesores que darán lo mejor para instruir y más, educar a las nuevas generaciones del territorio.

Una vez más las calles se inundarán de pañoletas rojas y azules, y un crisol de colores de diversos uniformes hará más bella la vida del país.Y los abuelos, los padres y las madres, volverán a la carga para ayudar a que sus hijos cumplan con sus estudios. Y nuevamente, la vida volverá a la normalidad luego de las vacaciones.

Vendrán los momentos tensos de los exámenes, las noches de insomnio para el aprendizaje, la decisión de la continuidad de estudios, las actividades extracurriculares, los momentos dulces de compartir con los amigos y amigas que se hacen en las escuelas, esas amistades que quedan para toda la vida.

Otra vez es septiembre, y el país se alumbrará con el “Sol del mundo moral” al que se refirió el Maestro Mayor, José Martí, ese Sol que también hay que llevar a las aulas, donde cada familia y escuela, y sobre todo cada alumno, tendrán la responsabilidad mayor. Ahora mismo retomamos las  palabras del Padre Félix Varela, sacerdote, maestro, escritor, filósofo y político cubano; el primero que enseñó a los cubanos en pensar en el patriotismo y en la grandeza de nuestra Isla de Cuba, ese gran pedagogo quien advirtió: “Por buen maestro entendemos no solo el que comunica y enseña con claridad su materia, sino el que se gana por su dignidad, decoro y juicio un dulce imperio en el corazón de sus alumnos”.

Y una vez más, ahora cuando comienza el curso, es tiempo de recurrir al pensamiento del Apóstol de Cuba, nuestro Martí quien definió: “La enseñanza, ¿quién no lo sabe?, es ante todo, una obra de infinito amor”.

Que sean entonces el dulce imperio en el corazón de los alumnos y esa obra de infinito amor las ideas que primen en este curso escolar, que volverá como un alumbramiento del futuro de la Patria.