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De Cuba.

Alegrías y desafíos de un 23 de agosto

Alegrías y desafíos de un 23 de agosto

 

Con muchas motivaciones, y también con las insatisfacciones de quienes saben que ninguna obra humana es perfecta, las villaclareñas llegan este 23 de agosto al aniversario 56 de la organización.

El territorio resultó destacado por un grupo de indicadores, que si bien pueden superarse, dan fe de los avances. Villa Clara es una de las provincias cubanas con mayor nivel de integración. Hoy la cifra asciende a unas 305 mil 440 federadas, con un 90 por ciento de integración a las filas de las mujeres mayores de 14 años de edad residentes aquí.

En los últimos tiempos han ingresado más de 3 mil jóvenes, quienes tendrán la alta responsabilidad de continuar la obra de la FMC, pero sobre todo, renovar la organización e imprimirle el color de los nuevos tiempos, con actividades más atractivas para las nuevas generaciones y para todas las edades. Por cierto, de las dirigentes en bloques y bloques, más del 50 por ciento son muchachas menores de 30 años.

Justo es mencionar el trabajo social y preventivo, encabezado por las Casas de Orientación a la Mujer y la familia. Son instituciones con muestras de sensibilidad para atender a quienes presentan desventaja social, y para desplegar una labor educativa a fin de encaminar el rumbo de quienes han desviado el camino, con la consiguiente reinserción de esas personas a la sociedad, todo ello, gracias también al apoyo de especialistas y colaboradores.

Temas como violencia intrafamiliar y de género, autoestima de la mujer, igualdad de género, sexualidad y el fomento de valores son abordados allí sistemáticamente, además de los importantes cursos de capacitación en diversos oficios, muy atractivos sobre todo para los más jóvenes.

Por otra parte resaltan las investigaciones de las Cátedras Mujer y Desarrollo, radicadas en los centros de educación superior, y que hoy tienen extensión comunitaria.

No se puede obviar en este recuento la promoción de las mujeres a cargos de dirección, pues ellas representan más del 46 por ciento de los dirigentes de la provincia y más de la mitad del total de delegados y delegadas a los órganos del Poder Popular.

Más del 66 por ciento de la fuerza técnica y profesional de Villa Clara son mujeres y ellas tienen una alta representatividad en sectores claves como educación, salud, órganos jurídicos, la Industria Ligera y Comercio y Gastronomía, entre otros.

Son razones para sentir orgullo, pero sobre todo, el compromiso de renovar la organización,  y el gran desafío de lograr que cada mujer sienta en ella el vehículo más importante para dar continuidad al proyecto social cubano, y continuar ofreciéndoles derechos, oportunidades y equidad.

De ahí que dirigentes femeninas como Briseida Quintero Jiménez, secretaria general de la Federación de mujeres cubanas en Villa Clara y Keitia Bacallao, al frente de la organización en Santa Clara, la capital provincial, dejen sus mensajes en esta importante fecha.

“Estamos muy orgullosas en esta efeméride, porque Santa Clara celebra además el vigésimo aniversario de la histórica visita que hiciera Fidel a esta ciudad, acontecimiento que celebraremos el próximo 30 de septiembre, con nuevos compromisos desde nuestra trinchera”, expresó Keitia; mientras,  Briseida ratificó la encomiable respuesta de cada villaclareña por hacer avanzar nuestra sociedad,  “por eso todas, trabajadoras, amas de casa, estudiantes, todas merecen nuestro homenaje y el reconocimiento porque se han crecido cada día y por lo que seguirán haciendo”, dijo.

Este 23 de agosto, las villaclareñas retoman los versos de la santaclareña Graciela Navas, escritora y poetisa, ya fallecida, quien dedicó parte de su vida a enaltecer a quienes hoy somos protagonistas del futuro de nuestro país: “Si volviera a nacer algún día y me fuera posible escoger, otra vez, otra vez, Patria mía, mujer y cubana volviera a nacer”.

 

Celebran en Villa Clara 56 años de la FMC

Ser fieles al legado y conquistas de la Federación de Mujeres Cubanas en las luchas por la plena igualdad, equidad y emancipación, fue el compromiso ratificado por las villaclareñas en la celebración del aniversario 56 de la organización, fecha que se conmemora este 23 de agosto.

El acto central provincial por la efeméride tuvo lugar en el Monumento a la acción contra el Tren Blindado, lugar que recuerda una de las acciones comandadas por el Che en la Batalla de Santa Clara.

Un grupo de 80 fundadoras, dirigentes de base y mujeres destacadas con una amplia contribución a la vida económica, política y social del territorio,  recibieron la Distinción 23 de agosto, máxima condecoración que otorga la FMC.

El acto fue presidido por René Bacallao Figueroa, miembro del Buró Provincial del Partido, Jorgelina Pestana Mederos, Presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular, así como dirigentes de la Federación de Mujeres Cubanas y de organizaciones políticas y de masas del territorio.

La actividad fue momento propicio para entregar la condición de municipios destacados en la emulación 56 años conquistando el futuro, a Encrucijada, Corralillo, Santa Clara y Camajuaní.

Briseida Quintero Jiménez, Secretaria General de la FMC en Villa Clara, transmitió el mensaje de felicitación por  la efeméride y recordó que la provincia resultó destacada junto a los territorios de Granma y Ciego de Avila, y envió además,  el saludo a todas las cubanas, especialmente a las holguineras, acreedoras por sus notables resultados, del acto central nacional por este aniversario 56.

Significó que esta conmemoración se dedica también al Comandante en Jefe Fidel Castro en su 90 cumpleaños, y a Vilma Espín, eterna Presidenta de la organización, ambos protagonistas de las luchas de las cubanas por conquistar derechos y oportunidades y por ganarse el merecido protagonismo en las tareas de la Revolución y de la construcción de un país mejor.

Dijo que aún quedan retos importantes, y el mayor, es seguir manteniendo la obra revolucionaria y continuar incorporando a las muchachas jóvenes a la FMC, como continuadoras del legado de las fundadoras de la organización.

Villaclareñas, de fiesta por aniversario de la FMC

Villaclareñas, de fiesta por aniversario de la FMC

En el advenimiento del aniversario 56 de la Federación de Mujeres Cubanas, las villaclareñas festejan la efeméride con múltiples iniciativas en comunidades, barrios y centros laborales.

Encuentros con mujeres de diversos sectores, entre ellos, cultura, deporte, agropecuario, y salud, delegadas del Poder Popular, trabajadoras del sector no estatal, así como combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y el Ministerio del Interior, son otras de las actividades para celebrar la importante fecha.

Asimismo, se han organizado encuentros entre fundadoras de la organización y muchachas de nuevo ingreso, además de intercambios de experiencias con compañeras que asumen cargos de dirección, entre otras propuestas.

Para el día 22 de agosto en cada municipio se harán galas artísticas esperando la fecha, y durante todo este mes se han realizado reconocimientos a colaboradores y colaboradoras de la organización.

Estos festejos y actividades dan continuidad al proceso “56 años conquistando el futuro”, que inició desde comienzos de año, cuyo propósito es el fortalecimiento de la organización, a tenor de los cambios y transformaciones que vive el país.

Ya concluyó la primera etapa “Por siempre Vilma”, y desde junio se impulsaron otras actividades como el tributo a la madre de la Patria, la mambisa Mariana Grajales, la madre de los Maceo y coloquios sobre Haydee Santamaría Cuadrado, una de las mujeres asaltantes al cuartel Moncada en el año 1953, hecho que marcó el inicio de la última etapa de nuestras gestas por la definitiva independencia de la isla.

Entretanto, en las Casas de Orientación a la Mujer y la familia se imparten cursos de verano y de capacitación, y se fundó el proyecto “Alas para vivir”, con mujeres que han sufrido intervenciones quirúrgicas por cáncer en los senos, y que hoy se han convertido en líderes comunitarias y de la FMC.

En áreas aledañas al Estadio Augusto César Sandino se hará este domingo una feria gigante con venta de productos agropecuarios, otro regalo a las federadas en este día tan especial.

El colofón de todos estos agasajos será la entrega de la Distinción 23 de agosto, máximo reconocimiento que otorga la organización a 80 mujeres destacadas de la provincia, actividad que está prevista para este domingo 21 de agosto en el Monumento a la Acción contra el Tren Blindado, uno de los sitios que recuerda una de las principales acciones lideradas por el Comandante Ernesto Guevara en Santa Clara, en el año 1958, como preámbulo del triunfo revolucionario.

Carta abierta a Fidel

Carta abierta a Fidel

 

Querido Comandante en Jefe:

Es 13 de agosto del año 2016, y Villa Clara, como toda Cuba, como todas las amigas y amigos de buena voluntad del mundo, esos que sueñan con un mundo mejor, festejamos, con amor, con optimismo, pero sobre todo, con muchos compromisos renovados, su cumpleaños 90.

Hoy mismo, Comandante, lo seguimos viendo como ese joven rebelde que asaltó el Moncada, que llegó en el Granma, que subió a la Sierra, y triunfó el primero de enero de 1959, y que nos advirtió entonces que el camino por desandar sería difícil, pero grande.

Ahí está usted, el mejor alumno de José Martí, vencedor de mil batallas, el de Playa Girón, el que nos enseñó que ser internacionalistas es una deuda con la humanidad, el que nos dijo que “ser cubanos es un deber”, el que llevó y lleva sobre sus espaldas la alta responsabilidad de colocar a su pueblo en un sitio de honor, al frente de una Revolución que fue, es y seguirá siendo “de los humildes, por los humildes y para los humildes”.

El que rompió todos los pronósticos, e hizo posible en pleno siglo Veinte lo que parecía imposible: hacer un proyecto social socialista a 90 millas del mayor imperio del mundo, y mantenernos, con las frentes en alto, a pesar del bloqueo, de los atentados contra su vida, a pesar de los actos terroristas, del colapso del campo socialista europeo, del duro período especial, de los intentos incluso, por borrar nuestro ejemplo cuando muchos auguraron que no resistiríamos tantos embates.

Usted, Comandante cristalizó los sueños bolivarianos de una América unida, colocó a Cuba en el escenario mundial, y nos enseñó que el orgullo patrio, la dignidad y la honradez valen más que cualquier oro del mundo.

Usted nos llevó a muchas batallas que nos han enaltecido: la lucha contra la deuda externa, la batalla por el regreso del niño Elián y de los cinco héroes, y también esa obsesión perenne por hacer bien lo que nos toca hacer, por rectificar errores y por seguir cambiando lo que tiene que ser cambiado.

Usted hizo valedera la frase del Apóstol de que “Patria es Humanidad”, y llevó con su pueblo, la esperanza a los desheredados de la tierra.

Aquí estamos los villaclareños, Comandante, y lo volvemos a ver inaugurando obras en el centro de Cuba, infundiendo optimismo, acompañándonos en  las celebraciones por el 26 de julio, o en cualquier comunidad recóndita de nuestra geografía en momentos difíciles, cuando los huracanes hicieron estragos en la región central.

Y revivimos ahora mismo, justo en este día de glorias, aquel memorable 30 de septiembre de 1996, en el Pedraplén Caibarién-Cayo Santamaría, conversando con las Marianas, recorriendo industrias, y hablando en aquella concentración inolvidable en la Plaza del Che, recordándonos que “No hay tarea, no hay proeza en que no hayan estado presentes masivamente los villaclareños”.

Y nos decía además, una idea que hoy mantenemos como un estandarte y una guía para intentar ser mejores, también gracias al ejemplo que usted nos infundió: “no hay poder sobre la Tierra, ni hay soberbia, ni hay arrogancia capaz de aplastar a un pueblo como el pueblo cubano (…) y algún día habrá que elevarle un gigantesco monumento a ese héroe insuperable que es el pueblo”.

Hoy, Comandante, los villaclareños, junto a los cubanos y a todas las personas justas del mundo, le decimos que estamos muy felices por tenerlo en sus 90 años, que celebramos este día histórico, que deseamos que sienta este abrazo de amor y agradecimiento porque nos convirtió de alguna manera en esos héroes insuperables que bajo su conducción hemos llegado hasta aquí.

Como dijo su hermano Hugo Chávez, usted está absuelto por la historia, por esa historia grande que escribimos cada día, y que seguiremos escribiendo, convencidos, como escribió Martí, de la certeza de un pensamiento que ha sido la brújula que lo ha guiado durante toda su vida : “Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”. ¡Felicidades, Comandante!

El periodismo radial sí existe en Cuba

El periodismo radial sí existe en Cuba

 

Acabo de ver uno de los programas televisivos más prestigiosos, serios y profesionales que presenta hoy la Televisión Cubana.

Se trata de Con dos que se quieran 2, un espacio que conduce, cada martes en la noche por Cubavisión, el afamado compositor e intérprete, devenido excelente conductor, Amaury Pérez Vidal. El invitado a la cita de esta semana fue -en mi criterio, y estoy segura que para gran parte de nuestro pueblo- uno de los más destacados comunicadores y locutores de los medios cubanos, Marino Luzardo.

Confieso que siempre sigo ese espacio, porque me acerca, con las atinadas y bien concebidas entrevistas de Amaury, a la cultura cubana, y más, a la pasión por nuestra nacionalidad, por esta isla, con sus imperfecciones y con su luz.

Pero, hay frases que dichas así, ante las cámaras, sin valorar sus trascendencia, pueden dejar una marca y un sabor amargo que puede doler.

Así nos ha sucedido a los apasionados de la radio, ¿arte menor?, cuando escuchamos una idea quizás sacada de contexto que en una ocasión expresó otro gran maestro de la locución cubana, y que decía en esencia, que en Cuba el periodismo radial no existe.

Me propongo para defender desde mi experiencia como radialista el amor y la huella indeleble que ha dejado por más de 90 años y sigue dejando hoy, en una coyuntura totalmente diferente para el país, esta cajita mágica que hace volar la imaginación, pero que también mueve el pensamiento y engrandece la cultura de las personas.

Me  enorgullecí cuando Marino confesó que se acercó a los medios por la radio, cuando estudiaba Ingeniería en Telecomunciaciones y necesitaba una compañía inteligente. Y esa compañía inteligente fue Radio Ciudad Habana, donde dio sus primeros pasos.

Marino sigue confiando en la radio, eso no lo dudo, así que seguramente coincidirá conmigo en estos argumentos.

No voy a hablar de la historia de la Radio Cubana, siempre unida a los momentos más importantes de este país. Solo recordar que los artistas e intelectuales cubanos más importantes  apostaron por este medio para llevar sus ideas, su música, sus razones (Emisora Mil Diez, Radio Progreso, Radio Reloj, CMQ, por solo mencionar algunas).

Todavía me estremezco cuando oigo la voz de Violeta Casals, con su voz inmensa con aquella llamada de combate de la Sierra Maestra: ¡Aquí Radio Rebelde!

Quiero viajar a la historia más reciente. En pleno período especial, cuando se perdieron los recursos que necesitaba la prensa escrita y televisiva para subsistir, y se disminuyeron las horas de programación en la Televisión Cubana, y las tiradas de los periódicos, a límites casi mínimos, la radio volvió a erigirse como reina, y fue ese el medio que necesitaron los cubanos no solo para informarse, sino para salvar la esperanza.

Emisora CMHW, la Reina Radial del Centro, cumple este 15 de julio 83 años en la preferencia de los villaclareños. Foto: SMB. Emisora CMHW, la Reina Radial del Centro, cumple este 15 de julio 83 años en la preferencia de los villaclareños.

En Villa Clara, donde vivo, en la Emisora CMHW, en la década del 90, nació el matutino Patria, que aún sigue despertando, cada día a las 6.00 AM, a los villaclareños, con todas las luces y las sombras de nuestra sociedad en voces de excelentes periodistas reconocidos por el pueblo.

Hace 22 años en esta misma emisora surgió el programa Alta Tensión, una suerte de tribuna pública que cada sábado, de 4 a 6 de la tarde, pone en bocina las voces de los villaclareños con sus reflexiones y críticas acerca de todas las temáticas y sectores, sus preocupaciones y alertas sobre lo que anda mal, y en el estudio, los principales dirigentes, ofreciendo respuestas y soluciones. Un programa, conducido por los colegas Abel Falcón y Xiomara Rodríguez y dirigido por el realizador Jorge Gómez,  donde la democracia que tanto hoy necesitamos se pone de moda.

No puedo olvidar la Radio Revista W, con las secciones de comentarios que por muchos años condujeron los colegas Premios Nacionales de Periodismo y de la Radio Cubana,  Aldo Isidrón del Valle (A propósito) y Luis Orlando Pantoja (Pido la palabra) que fueron un termómetro de los problemas más acuciantes de esta provincia. Esa misma revista cada día pone “bien caliente” el panorama con la salida del móvil con Abel Falcón, en vivo, con el reflejo de las chapucerías que aún se cometen, las opiniones del pueblo, y las respuestas de los organismos y entidades.

Puedo mencionar otros programas en las más de 90 emisoras nacionales provinciales y municipales que integran la Radio Cubana.

Escuche usted Haciendo Radio, y tendrá el palpitar del país. Como lo hizo desde su nacimiento, con colegas muy talentosos que aún hoy son paradigmas del Periodismo radial.  Ahí he escuchado el abordaje de temáticas bien polémicas a las cuales se les da seguimiento, sin medias tintas por nuestros periodistas.

Hablando claro, es otro programa que aborda desde la profesionalidad de queridos y respetados colegas, la realidad cambiante y compleja de esta isla.

Ahora mismo acabo de regresar de la celebración por los 55 años de la emisora internacional Radio Habana Cuba, esa emisora que, como dijo Fidel cuando se fundó, llevaría la voz de nuestro país muy lejos. Allí se hizo tributo merecido a Orlando Castellanos, conductor de programas que fueron íconos de este medio, como Formalmente Informal.

En estas remembranzas, quiero recordar la Gran Cadena Rebelde, que enlazó a todas las emisoras cubanas cuando recibimos en Santa Clara los restos del querido Comandante Ernesto Che Guevara. Los periodistas de la radio se crecieron en esos momentos de honda emoción y patriotismo. O cuando apenas dormimos cuando pasa un huracán o cualquier fenómeno meteorológico por el país, y nos convertimos en indispensables para nuestros oyentes.

Durante años nos convertimos en soldados defensores de causas justas como el retorno a su país del niño Elián González  y después por la liberación de nuestros cinco héroes presos injustamente en cárceles de Estados Unidos por combatir el terrorismo. Una luz en la oscuro, de Radio Rebelde es uno de los espacios más nobles que he escuchado en mi vida.

En CMHW transmitimos Un gesto de paz en la brisa, que escuchaban los villaclareños dispuestos a llevar la verdad de esta lucha justa, y en cada emisora cubana se hicieron programas similares, todos de excelente factura.

Son muchos los ejemplos del periodismo radial que nos enaltecen cada día, y que hoy nos llenan de orgullo y nos comprometen a seguir siempre junto a nuestro pueblo, con su voz, su color, sus acentos y sus sueños.

Entonces, puedo decir -quizás hasta con un poquito de vanidad- que el periodismo radial cubano sí existe, y existirá mientras tengamos a nuestro lado a miles de oyentes fieles que nos siguen para informarse cada día, y para convertirse, ¿por qué no? en mejores seres humanos.

 

Jóvenes cubanos de estos tiempos, de todos los tiempos

Jóvenes cubanos de estos tiempos, de todos los tiempos
Ser joven es una actitud ante la vida. Porque el joven es transgresor, revolucionario por naturaleza. El joven tiene sueños, y aspiraciones personales, y también para su país. Son los jóvenes los que construyen proyectos de vida, los que escriben la historia, los que hacen la historia.
Ellos, junto a esas personas que no envejecen de espíritu enaltecen el presente y salvan el futuro.
En Cuba han sido los jóvenes los protagonistas de cada época. Fueron jóvenes Antonio Maceo y todos los de la familia Maceo Grajales cuando partieron a la manigua redentora. Y eran jóvenes el abogado Ignacio Agramonte y su esposa Amalia Simoni, cuando se fueron al combate por la independencia de Cuba, ese Mayor de nuestras gestas libertarias, que “armado por mortales ingredientes”, a decir del poeta, “a un siglo de distancia entona nuestra canción”.
Joven nuestro José Martí cuando hizo artículos y versos encendidos, y organizó la Guerra Necesaria por la libertad de su Patria, y para impedir que se extendieran con esa fuerza más los Estados Unidos sobre nuestras tierras de América. Joven aún era nuestro Apóstol cuando murió en Dos Ríos de cara al Sol.
Jóvenes los que salvaron la dignidad de la Patria en la República mediatizada que vino después: Rafael Trejo, Rubén Martínez Villena con su pupila insomne, Julio Antonio Mella, José Antonio Echeverría, paradigmas de generaciones que apostaron por vivir una vida difícil y hermosa: la del compromiso por su país.
Jóvenes los que integraron la Generación del Centenario, y desfilaron con antorchas encendidas aquel 28 de enero, para honrar a Martí, y después se fueron con Fidel en 1953 para asaltar el Moncada, que era asaltar el cielo.
Jóvenes, los del Granma, los de la Sierra, los que fueron a las arenas de Playa Girón para impedir la invasión mercenaria. Y también los que apenas con 15 años se fueron a lugares casi intransitables para alfabetizar en cualquier punto de la geografía cubana.
Joven era Ernesto Che Guevara cuando partió hacia Bolivia, y entregó su vida por la dignidad de la América.
Pertenezco a otra generación que también hizo lo suyo: Angola aún está en la memoria, y también aquellos muchachos que en tierras africanas escribieron las páginas más hermosas de heroísmo, altruismo y amor. Es la misma generación que escuchaba a Silvio, a los Beatles, y a los Rolling Stones.
Y jóvenes también son nuestros cinco héroes, luchadores antiterroristas, que permanecieron por 16 años injustamente presos en cárceles norteamericanas, y mantuvieron sus frentes altivas y su dignidad a toda prueba.
Cuando parecía que todo estaba hecho, nuestros maestros y médicos, nuestros colaboradores internacionalistas, siguieron escribiendo la historia, que en estos tiempos tiene su signo mayor en los que marcharon a riesgo de sus propias vidas, a luchar contra la epidemia del Èbola.
Los jóvenes de la Cuba de hoy viven otra época. Nacieron en pleno período especial cuando la contracción económica nos llevó a situaciones límites. Viven en tiempos de nuevas tecnologías y de globalización; y también de rupturas y transformaciones. Pero quizás sea esta generación la que lleve sobre sus hombros la misión mayor, la de defender este país, cuando por ley de la vida, no esté la generación histórica que hizo la Revolución.
Con sus tatuajes, sus piercings, sus pantalones ajustados, su música que a veces nos resulta estruendosa, y con sus criterios lúcidos, son hijos e hijas de su tiempo, transgresores, críticos, inconformes, pero también traen sus compromisos y sus sueños, su ímpetu y su alegría, sus deseos de seguir empujando un país, y de salvaguardar lo más hermoso que nos ha traído hasta aquí.
Este 4 de abril, cuando la Unión de Jóvenes Comunistas y la Organización de Pioneros José Martí celebran sus aniversarios, recuerdo la idea de Ramón Silverio, ese importante intelectual villaclareño, eternamente joven, que salvó contra viento y marea, e incluso contra incomprensiones, el Centro Cultural El Mejunje. Dice Silverio: “la juventud no está perdida, está más encontrada que nunca”.
A esa juventud encontrada, a pesar de las marcas del tiempo, quisiera yo pertenecer siempre, mientras tenga energías, sueños, aspiraciones personales, inconformidades, y proyectos de vida para seguir desandando por mi país, esta Cuba inmensa donde siempre las generaciones nuevas seguirán escribiendo su propia historia.

Vivo en otras pieles

Vivo en otras pieles

Dalia María Reyes Perera confiesa que nunca les pidió juguetes especiales a los Reyes Magos ni muñecas Loreta ni Dunia, porque desde pequeña personalizaba a una maestra que le gustaba escribir sobre temas cotidianos de la propia existencia.

Entre sueños y etapas escolares voló en el tiempo hasta imaginarse en una carrera que le develara la vida de muchas personas; asumir ese hilo conductor que le permitiera hurgar en las interioridades de su país, de su gente, y descubrir las esencias de los fenómenos. Luego de debatirse entre muchas carreras, un día juró que quería ser periodista, y en julio de 1984 la Universidad de La Habana coronó sus aspiraciones para iniciar el tránsito por el camino de aquellos deseos.

Ayer, en el acto de Villa Clara por el Día de la Prensa Cubana, recibió el Premio Roberto González Quesada por la obra de la vida, una mezcla de sacrificios y satisfacciones como en aquellos tiempos en que cursaba el segundo grado, y ya ganaba reconocimientos en composiciones dedicadas a la causa del pueblo vietnamita o la trascendencia universal de la afronorteamericana Ángela Davis.

«El más reciente de los galardones —afirma— tiene connotaciones especiales. Está dedicado a Roberto González, el patriarca del oficio en Villa Clara. Ya lo tienen otros colegas, mas en mi caso re­presenta un regocijo especial porque lo conocí, y admiré su línea en el periódico y su incursión en la radio. Un reto para llegar a alcanzar su dimensión».

—Sin embargo, tu vida profesional se nutre de otros momentos importantes.

—El Premio Internacional Os­waldo Guayasamín marcó un hito. Viajé a Ecuador en dos ocasiones, y participé en la inau­guración de la Capilla del Hombre. Estar en el medio del mundo y ser yo apenas una milésima de este Planeta resultó un privilegio, y allí estaban Fidel y Chávez.

«Un pueblo entero detrás de estos dos estadistas para abrazarlos y besarlos... Aún me emociona mi paso por esta obra majestuosa de un hombre que pensó en América, y que decía que llevaba 5000 años pintando porque él tenía la raíz de este continente.

«Pintó hasta con la leche emanada de los pechos de su madre porque ella afirmaba que así encontraría más luz en sus pinturas. Sin duda, un regalo de la vida».

—En aquella oportunidad ganaste el Premio entre más de 90 concursantes de todo el mundo...

—Hice una entrevista imagina­ria a Guayasamín. Él caminaba conmigo por La Habana y me enseñaba a descubrir el mun­do.

—Durante esta Jornada por el Día de la Prensa y por primera ocasión, la UPEC congratula con el Premio a la Dignidad a tres prestigiosos profesionales villaclareños. Esta vez a dos personalidades indiscutibles de la radio cubana: Aldo Isidrón del Valle y Luis Orlando Pantoja Veitía. ¿Hasta qué punto han influido en tu formación?

—Es un punto gigante. Yo les digo que son mis padrinos. Me han enseñado de todo. Cuando entré en CMHW, en 1997, ya llevaba años como periodista. Había ejercido en Radio Santa Cruz (Camagüey) y en el Servicio Informativo de la TV Cubana, pero al llegar a la Reina Radial del Centro constaté lo que entregaban esos buenos maestros. Tampoco puedo olvidar a Nelson Hernández Cha­via­no (ya fallecido).

«Aldo siempre decía: ''No guarden una noticia en la agenda''. Jamás lo he olvidado y se lo tras­mito a los alumnos. Me hacían bus­car esa intríngulis del hecho; a asistir a una reunión y explorar hasta encontrar la médula. Sin duda, la W ha sido una cátedra para mí.

«Ver dirigir a Luis Orlando Pantoja un noticiero en medio de un ciclón, con una tras­misión en vivo y miles de tensiones, todavía me eriza. Un desafío a la edad con impactante vitalidad, y esa es la mejor clase que queda para los discípulos».

-La nómina de galardonados incluyó con idéntica distinción al caricaturista Pedro Méndez Suárez, del cual también eres fiel seguidora...

—Él quedó junto con Pantoja entre los últimos finalistas para el Premio José Martí, pues yo era parte del jurado. De Pedro Méndez dije a la hora de las valoraciones que tiene a Santa Clara sembrada de cari­caturas. No hay sitio que escape de sus huellas. Se alió a la causa de los Cinco con toda su alma y a­por­taba unas ideas fantásticas.

«Si a ello sumas la cantidad de premios internacionales constituye un ícono dentro del humorismo; además de que ha logrado aunar, en el centro de Cuba, a excelentes humoristas del mundo cada vez que se convoca un evento de humor gráfico. Se dijeron palabras muy lindas, tanto de Pedro como de Pantoja, por parte de varios integrantes del jurado. Todo ello te emo­ciona porque resalta la fuerza del periodismo villaclareño.

—Hablas de tu participación como jurado. ¿Cómo valoras el periodismo que se hace lejos de La Habana?

—Cuando lees los expedientes que se presentan te das cuenta del enorme talento que existe en este país. Entonces, respiras con satisfacción.

—Tú eres una mujer de radio y de televisión. ¿Qué potencialidades te han brindado para el ejercicio cotidiano?

—La televisión es la magia de la imagen. A través de ella expresas todos los sentimientos que quieres trasmitir, y la radio resulta la ima­ginación. Puedes construir mundos diferentes con el texto, la música y los efectos, a lo que se añade su indiscutible inmediatez.

—Fuera del estudio, de las gra­baciones, de los beneplácitos y sin­sa­bores del oficio, está la docencia. ¿Pudiéramos afirmar que consti­tuye otra de las realizaciones en la vida de Dalia Reyes?

—Desde que inició la carrera de Periodismo en la Universidad Cen­tral Marta Abreu de Las Villas, aposté por impartir clases, sobre todo de Periodismo Radiofónico, que es lo que más conozco. Me preparé, y confieso que lo hice y lo hago con mucho temor porque no soy pedagoga. Acercarme a la juventud y saber lo que piensan de la Cuba de hoy, me retroa­limenta y me obliga a estudiar.

— ¿Y cómo vences ese miedo?

—Se me corta hasta la respiración. La primera vez que entré al aula me temblaban las piernas, pero ese hechizo de estar frente a los alumnos ofrece otra dimensión. Co­mien­zo a trasmitir mis pasiones, y les digo a quienes me escuchan: si el periodismo cubano anda mal, traten de transformarlo us­tedes por­que están llamados a ser mejores que nosotros.

—Un capítulo especial en tu vida fue ejercer la docencia en Nicaragua...

—Me impactó ese país por la nobleza de sus habitantes, y por el agradecimiento que manifiestan hacia los cubanos a raíz de la preparación que tenemos. Ni si­quie­ra po­demos imaginar lo cer­quita que está Nicaragua de Cuba desde el punto de vista sentimental.

—Al repasar tu trayectoria sobresale la defensa del género y de la ciencia.

—No solo porque son sectores que atiendo, sino porque me corren por la piel. La sociedad cubana está llamada a convertir en ciencia todo lo que hace. Creo en la comu­nidad científica y en las personas que si­guen estos caminos desde su lugar: el inno­vador, la mujer crea­dora, la maestra que hace un pro­grama diferente para amar el medioam­biente... Si queremos cambiar a este país hay que detenerse, tam­bién, en las ciencias sociales.

«En cuanto al género y su defen­sa es otra parte de mi vida. Hice la maestría apoyándome en esta temática, y quisiera emprender el doctorado, aunque me jubile».

—Entonces, ¿partidaria de hablar de niñas y niños, de doctora y doctor?

—En décadas anteriores para mí resultaba una tontería, pero me di cuenta de que las mujeres somos la mitad del mundo y que tenemos infinidad de cosas aún por re­so­lver. Si no actuamos ante tantos problemas ocultos no haremos un mejor país. Hay machismo, este­reo­tipos, incompren­siones con el racismo, con la diversidad y orien­tación sexual... Son temas apasio­nantes, pero necesitan su discu­sión en la sociedad.

«Estudié la violencia de género, y me percaté de lo mucho que existe. He participado en cuatro eventos de Género y Comunicación y las cosas que salen a relucir son espeluz­nantes. Cuando hablas solo de los niños, las del sexo femenino quedan invisibles, otro tanto si nada más se mencionan a los hombres, y hay que pensar en todos. No es una palabra de más o de menos, es un sentido de la vi­da».

—Como apasionada lectora, ¿a quiénes sitúas como autores de ca­becera?

—Definitivamente a Gabriel García Már­quez e Isabel Allende. Me desborda la magia de nuestra América bajo la visión de ellos, pero no puedo excluir mi predilección por José Martí, como cátedra cimera. A mí me hace llorar, sentir..., nunca envejece. Y de los villa­clareños, a Onelio Jorge Car­doso. Sufro con Mi hermana Visia, mientras que El Cuentero aporta esa cubanía que no puedo soslayar.

 

-En Villa Clara contribuiste a la causa de los Cinco. Incluso mantu­viste un espacio radial. ¿Cómo fue ese 17 de diciembre pasado al sa­ber que ya todos estaban en Cuba?

—Uno de los momentos excep­cionales en mi vida. Sabía de los múltiples intentos en Cuba y en el mundo a favor del retorno, pero nunca imaginé que ocurriera de esa manera, y que coincidiera con el proceso de restablecimiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. Fue como lograr un sueño posible.

—El periodismo, además de pasión y sacerdocio, presenta sus nubes grises. ¿Cuáles son esas que nunca quisieras re­cordar?

—Recuerdo en mis primeros años cuando fui con un equipo de la TV a entrevistar a Eusebio Leal. Quería que la presentación fuera en cámara, pero me quedaba sin palabras. Él estaba a mi lado, y con su increíble maestría me dijo: «Yo me voy a retirar, y cuando hagas la presentación, que sé te va a salir bien, seguimos la plática». Así fue, y la otra experiencia, desagradable, ocurrió con Silvio Rodríguez, que ante una pregunta me dio una respuesta un poco dura. Son solo algunas porque existen muchas más.

—Dicen, y yo lo afirmo, que eres una persona tremendamente obsesiva.

—Cierto. Lo soy cuando estoy editando, escribiendo. Llamo mil veces a Patria (espacio informativo de la CMHW) para preguntar por qué mi trabajo no ha salido. A veces llego hasta arrebatar a las per­sonas. Los editores me piden un descanso, pero lo hago por pura pasión, y cuando no me quedan bien también soy obsesiva, como con la casa, con la limpieza, con mi familia. Ahora cocino, dicen que soy buena en ese giro, y cuido a mi madre, a quien le agra­dezco todo el apoyo que me dio para ser lo que soy.

—A tu modo de ver, ¿qué le falta a ese periodismo nuestro de cada día?

—Hacerlo bello como pedía Martí. Machacamos mucho, sin que nos corra por las venas lo que estamos diciendo. También necesita más investigación. Existen muchos secretos que no sacamos a la luz, y hoy la gente aboga por un periodismo nuevo y diferente en cuanto a forma, y que llegue a los oídos, a los ojos, que entre por todos los sentidos.

«No solo de que falta la papa, que los precios sean altos, la carencia de agua, los baches de las calles, que el transporte es una agonía... Todo eso hay que abordarlo, pero también temas mayores. El pensamiento cubano tiene que cambiar y defender el alma de Cuba, como ha dicho el doctor Manuel Calviño».

—Muchos consideran que el talón de Aquiles recae en la autocensura de los periodistas. ¿Hasta qué punto de vista com­partes o no esa hipótesis?

 

—Pudiera ocurrir en un 20 o 30 % de los casos, aunque hay factores externos que lastran. Las políticas informativas son muy complicadas, y hacer un periodismo distinto, sin apartarlo de nuestros principios, requiere que muchas fuentes o­frezcan información, pero que también el pensamiento político y gubernamental esté a tono para lograr ese mundo mejor, un país mejor y una sociedad mejor.

—¿El gran reto y el sueño que no has cumplido?

—El de ser una buena periodista, que la gente me siga, lograr una alta recepción, y hacer el doc­torado vinculado a los temas de género con la radio, sin descartar lo de volver a impartir otros cursos en el exterior. De lo que sí estoy segura es que no equivoqué mi camino porque un día eres obrera, otro maestra, muchas veces una niña, una científica... He aquí por lo que Gabriel García Márquez la consideraba la carrera más bella del mundo, porque, en mi caso, me permite ser yo, pero vivo en otras pieles que me hacen viajar al infinito./ Ricardo R. González

DOSSIER

Ama a Santa Clara como su ciudad natal, y respira apasiona­miento profesional en extremo, aunque reconoce que no todo son pompas y aplausos. Junto al resto de los colegas sufre, pasa trabajo, y aparecen decepciones en un ca­mino que impone tocar muchas puertas.

Entre sus distinciones resaltan la Réplica del Machete de Máximo Gómez, el Premio Juan Gualberto Gómez 2007, así como las mencio­nes logradas en el propio concurso durante 2005 y 2006.

Jurado del Premio Nacional de Periodismo José Martí y Juan Gualberto Gómez en 2008 y 2014. Premio Internacional Oswaldo Guayasamín, y misión en Angola en 1987, de la que afirma tener vivencias increíbles con múltiples historias aún por contar.

A su familia, y en especial a su mamá, le debe la dicha de ejercer un oficio que la realiza como mujer y le permite descubrir las aristas insospechables del ser humano.

 

 

 

 

 

 

 

 

2015: El año mágico

2015: El año mágico

Todavía tengo que acostumbrarme a las nuevas y felices noticias que llegaron desde el 17 de diciembre del 2014. Casi estoy viviendo en un deslumbramiento que me hace repetirme una y mil veces que sí, que viví para contarlo. 

Todavía tengo que acostumbrarme a este sueño de 16 años convertido en realidad. El regreso de Gerardo, Ramón y Tony, los tres héroes que permanecían injustamente presos en cárceles norteamericanas, y el restablecimiento de las relaciones Cuba-EEUU son acontecimientos, frutos de la perseverancia, casi mágica, que ha acompañado a este país desde que existimos como nación.

Cuba es la isla de las cosas mágicas. Es mágica una revolución que empezó con hacendados que dieron la libertad a sus esclavos y que fueron junto a ellos a la manigua, sólo con la vergüenza y con machetes, a liberar a la nueva nación del colonialismo español.

Es mágico un país que parió jóvenes que asaltaron hasta el Palacio Presidencial, una estación de radio y cuarteles para reclamar cambios, y no dejar morir al Apóstol en el año de su Centenario.

Es mágica una nación que conquistó su verdadera libertad con barbudos vestidos de verde olivo que bajaron de la Sierra, con un Fidel al frente advirtiendo que a partir de entonces –aquel enero glorioso de 1959- todo sería más difícil.

Es mágico el pueblo que enfrentó una crisis de misiles y de amenazas de guerra, y resistió, que encontró miles de adolescentes que fueron a lugares muy recónditos para alfabetizar, que vistió de miliciano y fue a Playa Girón para lograr la primera derrota del imperialismo en América.

Es mágico ver a mercenarios cambiados por compotas para niños, y admirar a un pueblo movilizado para limpiar de bandidos las montañas cubanas.

Es mágica una tierra que dio maestros, dispuestos a ir a otros países para enseñar, la patria que tuvo una generación de jóvenes internacionalistas, quienes, vestidos de camuflaje, partieron hacia África, y sin pedir nada a cambio, solo por amor, lograron lo que casi parecía imposible: contribuir a la desaparición del régimen del apartheid sobre la faz de la tierra.

Es mágico un país que perdió casi todo su comercio internacional cuando dejó de existir el socialismo europeo, y contra viento y marea, cuando nos quedamos solos, y muchos auguraron horas, días, semanas, a la existencia de la revolución, renació como el Ave Fénix, en medio de apagones, carencia de transporte, de alimentos, ropa y calzado, y de todos aquellos elementos básicos para vivir.

Es increíble pensar que ese mismo país, pobre, sumido en las más duras condiciones económicas, formó médicos que marcharon a cualquier parte del planeta donde hiciera falta una mano amiga y alguien con bata blanca, colmado de cariño para salvar vidas y llevar la esperanza.

Es mágico el país que logra convocar a miles y millones de personas en todas las plazas, que batalla en marchas y tribunas durante meses por el regreso de un niño que fue salvado en medio del mar, escoltado por delfines. Y es fascinante, además, el retorno de ese mismo niño a los brazos de su padre, y verlo crecer, y cumplir 10,15, 20 años, rodeado del cariño de un pueblo que lo convirtió en su hijo.

Es mágica una isla pequeñita que, con líderes soñadores en el continente, logró unir a la América y fundar el ALBA, y así cristalizar los sueños de Bolívar y de Martí.

Es mágico el país que tiene profesionales de la salud con tanta dosis de altruismo y nobleza, que, cuando la epidemia del Ébola se cierne como un ave negra sobre la humanidad, marchan otra vez, como mensajeros de la fe, hacia el continente negro para salvar vidas, aún a riesgo de las suyas, como una luz que advierte que soplan tiempos nuevos y que el mundo puede ser mejor.

Cuando se anunció que cinco cubanos buenos estaban presos y cumplían grandes y desmesuradas condenas en Estados Unidos por luchar contra el terrorismo, muchos creyeron casi imposible la promesa hecha por nuestro líder en el año 2001: “¡Sólo les digo una cosa, Volverán!”.

Nos reconfortaba saber que Fidel nunca hizo una promesa que no cumpliera. Por eso nos mantuvimos 16 años luchando, batallando sin cesar, febriles de insomnio y de dolor, hasta que la promesa se hizo realidad. Y eso también es mágico.

Es mágico verlos ¡al fin!, a los cinco juntos, cantando, abrazados de sus familiares, de su pueblo, cantando, dispuestos a ponerse al servicio de su nación y de su pueblo, como siempre.

Es mágico saber que Adriana y Gerardo pronto tendrán a Gema, y es mágico comenzar un año con la convicción de que poco a poco, el bloqueo será historia pasada, porque fuimos titanes, y viajamos con Fidel al futuro más de una vez, y porque sabíamos que al final, llegaría la recompensa de tanta entrega, tanta entereza, tanta pasión y derroche de esa mezcla de bravura y dulzura que siempre nos ha distinguido.

El 2015 es el año que anuncia la magia de las cosas nuevas, lo advierto en los rostros de las cubanas y los cubanos, en la alegría de la gente, en el abrazo apurado, y la frase repetida por estos días: ¡ahora sí!.

Fue mágico ver en esta isla de los abrazos y los besos, los fuegos artificiales a las 12 de la madrugada del primero de enero, el baile en las calles, es maravillosa la certeza de que también tendremos que prepararnos, con esa suerte de magia, amor y pasión, a los nuevos tiempos que vendrán y que encontrarán a un pueblo, quizás diferente al que recibió el triunfo del Primero de enero de 1959, quizás más atemperado al nuevo siglo, pero siempre dispuesto a seguir protagonizando hechos mágicos con esa vocación de hombres y mujeres felices y gigantes, que a pesar del otoño, de los muchos otoños, siempre encontrarán, al final del camino, la primavera.

Chávez renace en cada amanecer de América

Chávez renace en cada amanecer de América

A sesenta años de su natalicio, Hugo Rafael Chávez Frías sigue naciendo cada día con esa luz que supo irradiar a su pueblo y a todo el continente.  El hijo más fiel del Libertador Simón Bolívar continúa al lado de su pueblo y de este Sur, donde dejó su huella indeleble.

Así piensa Carmen Goita, trabajadora de Gas Comunal, filial de Petróleos de Venezuela, PDVSA, quien, con lágrimas de emoción y orgullo confesó a esta reportera: “Chávez nos despertó, nos dio la esperanza, muchos de nosotros no nos sentíamos casi ni seres humanos, él fue padre, hermano, nos sacó de la ignorancia y nos dio oportunidades, nos devolvió la fe que nunca se debe perder”.

Carmen sabe que la pérdida de Chávez fue irreparable, pero de alguna manera, afirma, “él nos dio la semilla y a nosotros nos corresponde cuidar esa planta para seguir creciendo. Esas relaciones que sembró Chávez en el continente siguen dando frutos”, explicó.

En declaraciones a esta emisora, la amiga venezolana es rotunda al declarar: “él insistía en la necesidad de honrar a nuestros antepasados, nuestros próceres, nuestros líderes. No podemos dejar morir eso, porque es nuestra historia, y volviendo a esas páginas gloriosas del continente retomamos fuerzas para continuar, esa fue otra de sus tantas lecciones”, asevera esta mujer que asegura haber crecido como ser humano, como latinoamericana, gracias a las enseñanzas de su eterno Comandante Presidente.

Son los mismos sentimientos de Iver Márquez y Erasmo Rodriguez quienes recientemente visitaron la ciudad de Santa Clara, donde pasaron un curso de capacitación, auspiciado por el Ministerio de Industrias de Cuba, oportunidad también para constatar el amor que los cubanos profesan a Chávez.

Erasmo consideró que hoy urge “continuar el camino que nos abrió nuestro Comandante, y hoy se precisa transitar esa senda a través de Nicolás Maduro, continuador de la obra de Chávez”, puntualizó.

Más adelante significó que en su criterio, Chávez ya dejó de ser venezolano para ser una personalidad mundial, “y una muestra de ello es que en  cualquier tribuna siempre aparecen sus palabras, esas ideas que indudablemente se van a multiplicar en todo el mundo”.

Por su parte, Iver, de Gas Licuado de Petróleos de Venezuela,  fue rotundo al expresar que “el Comandante Chávez nos despertó fue un letargo. El pueblo comprendió que la única salida era el camino del socialismo, para que todos tengamos las mismas oportunidades”.

Por eso concluyó: “Para nosotros los venezolanos, en este cumpleaños 60 de nuestro querido Comandante Presidente, esta efeméride nos convoca a transmitir ese sentimiento de amor de venezolanos y bolivarianos, y que en cualquier parte del mundo donde estemos lo representemos a él, y los sueños que él nos sigue inspirando”, finalizó.