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Mi foto con Fidel

Mi foto con Fidel

 

Lo confieso hoy. Entre mis tantos sueños cuando me hice periodista, estaba aquel de entrevistar a Fidel. Y la vida me regaló esa oportunidad.

Di cobertura en la Habana a varios momentos inolvidables en que él fue protagonista. Estuve en Tarará cuando él le dijo a los  niños que ellos tenían muchas cosas que decir, y que haríamos Congresos Pioneriles, estuve en el recibimiento al último grupo de internacionalistas que retornaron orgullosos y triunfantes de Angola, en una de las páginas más hermosas escritas por este país.

Estuve allí en aquel acto, cuando Raúl le informó oficialmente que la Operación Carlota había concluido. Recorrí con los pioneros la redición del trigésimo aniversario de la Caravana de la Libertad y Fidel estaba allí, en Ciudad Libertad, otra vez con una paloma en su hombro.

Estuve en la inauguración de la Capilla del Hombre en Quito, cuando se inauguraba esa Capilla Sixtina de la América, mientras él y Chávez eran aclamados por el pueblo.

Aquí en Santa Clara cubrí la inauguración de la Escuela de Trabajadores Sociales cuando él transitaba con su paso de gigante por los pasillos, escoltado por los estudiantes que sonreían junto a él luego de escuchar poemas y sueños.

Pero tengo entre mis recuerdos más hermosos dos fotos, dos fotos del mismo momento. Corrían los años 90, yo era reportera de la Televisión cubana y me enviaron a reseñar un cumpleaños colectivo en el Campamento Juvenil Agrícola “EL Paraíso” en el municipio de Güines, perteneciente a la antigua provincia La Habana, donde las nuevas generaciones se involucraban en las tareas decisivas de producir alimentos para el pueblo.

Llegaron Fidel y Raúl, y todo se convirtió en una verdadera fiesta, hubo fotos, y alegrías y esperanzas compartidas entre el eterno joven rebelde y aquellos muchachos y muchachas. Pude llegar hasta él, temblorosa, emocionada, con las cámaras de la Televisión, y entonces comenzamos esa larga conversación que él establecía siempre con los colegas de la prensa.

Ese día Fidel habló de los tiempos difíciles que vendrían, pero también venía cargado de optimismo, comentó sobre el futuro de Cuba aún en medio del duro período especial.

Fidel ratificó su confianza en la juventud, en el mañana, en su pueblo. Hoy vuelvo a mirar esas fotos, y en medio de la tristeza, sigo repasando esas imágenes en que Fidel me toma las manos, me explica sus ideas, me infunde ánimos y me habla de su certeza y seguridad en el triunfo.

Ese es el Fidel que quiero conservar no solo en esa fotografía, sino en mi pensamiento, con la promesa de ser fiel a ese hombre que en medio de una crisis habló a una joven periodista de esperanzas, de pueblo y de futuro.

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