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El periodismo radial sí existe en Cuba

El periodismo radial sí existe en Cuba

 

Acabo de ver uno de los programas televisivos más prestigiosos, serios y profesionales que presenta hoy la Televisión Cubana.

Se trata de Con dos que se quieran 2, un espacio que conduce, cada martes en la noche por Cubavisión, el afamado compositor e intérprete, devenido excelente conductor, Amaury Pérez Vidal. El invitado a la cita de esta semana fue -en mi criterio, y estoy segura que para gran parte de nuestro pueblo- uno de los más destacados comunicadores y locutores de los medios cubanos, Marino Luzardo.

Confieso que siempre sigo ese espacio, porque me acerca, con las atinadas y bien concebidas entrevistas de Amaury, a la cultura cubana, y más, a la pasión por nuestra nacionalidad, por esta isla, con sus imperfecciones y con su luz.

Pero, hay frases que dichas así, ante las cámaras, sin valorar sus trascendencia, pueden dejar una marca y un sabor amargo que puede doler.

Así nos ha sucedido a los apasionados de la radio, ¿arte menor?, cuando escuchamos una idea quizás sacada de contexto que en una ocasión expresó otro gran maestro de la locución cubana, y que decía en esencia, que en Cuba el periodismo radial no existe.

Me propongo para defender desde mi experiencia como radialista el amor y la huella indeleble que ha dejado por más de 90 años y sigue dejando hoy, en una coyuntura totalmente diferente para el país, esta cajita mágica que hace volar la imaginación, pero que también mueve el pensamiento y engrandece la cultura de las personas.

Me  enorgullecí cuando Marino confesó que se acercó a los medios por la radio, cuando estudiaba Ingeniería en Telecomunciaciones y necesitaba una compañía inteligente. Y esa compañía inteligente fue Radio Ciudad Habana, donde dio sus primeros pasos.

Marino sigue confiando en la radio, eso no lo dudo, así que seguramente coincidirá conmigo en estos argumentos.

No voy a hablar de la historia de la Radio Cubana, siempre unida a los momentos más importantes de este país. Solo recordar que los artistas e intelectuales cubanos más importantes  apostaron por este medio para llevar sus ideas, su música, sus razones (Emisora Mil Diez, Radio Progreso, Radio Reloj, CMQ, por solo mencionar algunas).

Todavía me estremezco cuando oigo la voz de Violeta Casals, con su voz inmensa con aquella llamada de combate de la Sierra Maestra: ¡Aquí Radio Rebelde!

Quiero viajar a la historia más reciente. En pleno período especial, cuando se perdieron los recursos que necesitaba la prensa escrita y televisiva para subsistir, y se disminuyeron las horas de programación en la Televisión Cubana, y las tiradas de los periódicos, a límites casi mínimos, la radio volvió a erigirse como reina, y fue ese el medio que necesitaron los cubanos no solo para informarse, sino para salvar la esperanza.

Emisora CMHW, la Reina Radial del Centro, cumple este 15 de julio 83 años en la preferencia de los villaclareños. Foto: SMB. Emisora CMHW, la Reina Radial del Centro, cumple este 15 de julio 83 años en la preferencia de los villaclareños.

En Villa Clara, donde vivo, en la Emisora CMHW, en la década del 90, nació el matutino Patria, que aún sigue despertando, cada día a las 6.00 AM, a los villaclareños, con todas las luces y las sombras de nuestra sociedad en voces de excelentes periodistas reconocidos por el pueblo.

Hace 22 años en esta misma emisora surgió el programa Alta Tensión, una suerte de tribuna pública que cada sábado, de 4 a 6 de la tarde, pone en bocina las voces de los villaclareños con sus reflexiones y críticas acerca de todas las temáticas y sectores, sus preocupaciones y alertas sobre lo que anda mal, y en el estudio, los principales dirigentes, ofreciendo respuestas y soluciones. Un programa, conducido por los colegas Abel Falcón y Xiomara Rodríguez y dirigido por el realizador Jorge Gómez,  donde la democracia que tanto hoy necesitamos se pone de moda.

No puedo olvidar la Radio Revista W, con las secciones de comentarios que por muchos años condujeron los colegas Premios Nacionales de Periodismo y de la Radio Cubana,  Aldo Isidrón del Valle (A propósito) y Luis Orlando Pantoja (Pido la palabra) que fueron un termómetro de los problemas más acuciantes de esta provincia. Esa misma revista cada día pone “bien caliente” el panorama con la salida del móvil con Abel Falcón, en vivo, con el reflejo de las chapucerías que aún se cometen, las opiniones del pueblo, y las respuestas de los organismos y entidades.

Puedo mencionar otros programas en las más de 90 emisoras nacionales provinciales y municipales que integran la Radio Cubana.

Escuche usted Haciendo Radio, y tendrá el palpitar del país. Como lo hizo desde su nacimiento, con colegas muy talentosos que aún hoy son paradigmas del Periodismo radial.  Ahí he escuchado el abordaje de temáticas bien polémicas a las cuales se les da seguimiento, sin medias tintas por nuestros periodistas.

Hablando claro, es otro programa que aborda desde la profesionalidad de queridos y respetados colegas, la realidad cambiante y compleja de esta isla.

Ahora mismo acabo de regresar de la celebración por los 55 años de la emisora internacional Radio Habana Cuba, esa emisora que, como dijo Fidel cuando se fundó, llevaría la voz de nuestro país muy lejos. Allí se hizo tributo merecido a Orlando Castellanos, conductor de programas que fueron íconos de este medio, como Formalmente Informal.

En estas remembranzas, quiero recordar la Gran Cadena Rebelde, que enlazó a todas las emisoras cubanas cuando recibimos en Santa Clara los restos del querido Comandante Ernesto Che Guevara. Los periodistas de la radio se crecieron en esos momentos de honda emoción y patriotismo. O cuando apenas dormimos cuando pasa un huracán o cualquier fenómeno meteorológico por el país, y nos convertimos en indispensables para nuestros oyentes.

Durante años nos convertimos en soldados defensores de causas justas como el retorno a su país del niño Elián González  y después por la liberación de nuestros cinco héroes presos injustamente en cárceles de Estados Unidos por combatir el terrorismo. Una luz en la oscuro, de Radio Rebelde es uno de los espacios más nobles que he escuchado en mi vida.

En CMHW transmitimos Un gesto de paz en la brisa, que escuchaban los villaclareños dispuestos a llevar la verdad de esta lucha justa, y en cada emisora cubana se hicieron programas similares, todos de excelente factura.

Son muchos los ejemplos del periodismo radial que nos enaltecen cada día, y que hoy nos llenan de orgullo y nos comprometen a seguir siempre junto a nuestro pueblo, con su voz, su color, sus acentos y sus sueños.

Entonces, puedo decir -quizás hasta con un poquito de vanidad- que el periodismo radial cubano sí existe, y existirá mientras tengamos a nuestro lado a miles de oyentes fieles que nos siguen para informarse cada día, y para convertirse, ¿por qué no? en mejores seres humanos.

 

Razones para un Primero de Mayo

Razones para un Primero de Mayo

 

Llegó mayo, el mes de las flores y de la primavera. Y nos trajo también una vuelta a la historia para evocar las justas demandas de los mártires de Chicago y de los obreros que en todo el mundo hoy siguen exigiendo mejores condiciones laborales, horarios justos, salarios adecuados.

Llegó el Primero de Mayo y aquí en Cuba regresaron las imágenes de Lázaro Peña, Jesús Menéndez, y Aracelio Iglesias, por sólo mencionar tres nombres que siempre estarán vinculados como paradigmas de la clase obrera de nuestro país.

En Cuba marchamos este Primero de Mayo otra vez por la unidad, por la esperanza, y por la solidaridad.

Marchamos con muchas banderas entrelazadas, porque aunque los tiempos sean diferentes, sabemos que tenemos derechos conquistados y esos hay que seguirlos defendiendo.

Marchamos por nuestro Héroe Nacional José Martí,  quien nos enseñó que hacer una patria es tarea de grandes. Y marchamos para celebrar los 90 años de Fidel, el líder de pueblo que nos trajo hasta aquí contra viento y marea, venciendo tempestades y adversidades.

A Fidel también lo tuvimos muy presente en la Plaza Ernesto Che Guevara, de Santa Clara, porque hace 20 años él vino aquí para decir a los villaclareños que las grandes obras las hacen los pueblos y que es así como es posible mantener una Revolución.

Marchamos para decir al Che que seguiremos llevándole resultados, y que en el país culminó un histórico Congreso del Partido Comunista, que trazó pautas para corregir errores y para edificar un socialismo próspero que permita elevar la calidad de vida del pueblo. Y ese empeño solo es y será posible con la clase obrera al frente.

Y decimos al mundo que somos unos eternos insatisfechos y que por eso seguiremos exigiendo y exigiéndonos mayor eficiencia, productividad, calidad, rigor y disciplina, claves que seguirán conduciendo al triunfo.

Esta vez marchamos con nuestra América, porque las ideas justas siempre saldrán a la luz aunque la derecha pretenda seguir escalando posiciones.

Así con esas razones, estuvimos todos unidos en plazas y calles, y en nuestra Plaza de la Revolución Ernesto Che Guevara donde más de 140 mil santaclareños, en nombre de todos los trabajadores de la provincia, volvimos, como siempre, como cada Primero de Mayo a decir sí por Cuba, sí por nuestro presente y un sí rotundo, sobre todo, por nuestro futuro.

Protagonizan villaclareños otra jornada histórica este Primero de Mayo

Protagonizan villaclareños otra jornada histórica este Primero de Mayo

 

Una vez más,  Villa Clara volvió a protagonizar un histórico desfile, que ratificó el respaldo de nuestro pueblo al proyecto social emprendido en este país hace más de 50 años.

La Plaza de la Revolución Ernesto Che Guevara se coloreó de banderas, consignas, imágenes del Comandante en jefe Fidel Castro, y de compromisos con el futuro. Júbilo, alegría desbordante, bailes y mezcla de generaciones fueron los matices de la marcha que se extendió por cerca de dos horas y donde participaron más de 140 mil santaclareños, en nombre de todos los trabajadores de la provincia y de sus familiares.

Una pizarra humana hecha por estudiantes del poblado de Vueltas, del municipio de Camajuaní, y la elaboración de retratos dedicados a Fidel en su 90 cumpleaños, a cargo de artistas villaclareños de la plástica fueron otras de las hermosas iniciativas de la jornada.

Olga Lidia Tapia Iglesias, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista y Julio Lima Corzo, integrante del Comité Central y su primer secretario en el territorio, manifestaron sus emociones y orgullo por esta concentración popular, otra  muestra de unidad y de ratificación de nuestros principios.

Tapia Iglesias manifestó que el desfile ha marcado pautas en la historia de nuestro país, y distinguió el entusiasmo, colorido, y compromisos, sobre todo, después del Séptimo Congreso del Partido,  que van a marcar el futuro de nuestro país, y que tendrá su continuidad con la consulta y discusión con el pueblo.

“Es un momento feliz  a tono con lo que los villaclareños le han aportado a este país. Todo con mucha unidad, y un concepto importante, la gente vino a desfilar con mucha conciencia y para ratificar el propósito de construir un socialismo cada vez mejor”, señaló la dirigente partidista quien agregó: “con los jóvenes hay que contar siempre, estoy emocionada, me impactó esa excelente pizarra humana, los jóvenes han dado muestras de organización y continuidad. También esta provincia se distingue por sus estrategias para elevar los resultados económicos, la plaza se ha pintado de pueblo, de muchas generaciones”, consideró Tapia Iglesias.

Entretanto, Lima Corzo declaró a la prensa que “es una respuesta contundente, como lo pidió Raúl, la plaza se vistió de gala, unidad, patriotismo, confianza en la Revolución, lo que regaló la  pizarra humana, en fin, un Primero de Mayo que ha superado las expectativas, otra respuesta ante los enemigos. Hoy hemos ratificado que aquí siempre habrá socialismo y Revolución y que somos fieles a las ideas de Fidel, de Raúl, y las ideas de quienes iniciaron nuestras gestas independentistas en 1868”, significó.

El desfile contó con la presencia de nuestros combatientes, que iniciaron la marcha, cargados de júbilo y emociones como ratificaron el General de Brigada de la reserva Carlos Carballo y el Capitán de la reserva Julio López Granado, ambos integrantes de la Columna número 1 del Ejército Rebelde comandada por Fidel.

Asistieron además a la celebración de esta efeméride en Villa Clara, Manuel Marrero Cruz, Ministro del Turismo y José Antonio Pérez Pérez, miembro del Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba y Secretario General del Sindicato de los Trabajadores Azucareros en la isla.

Fueron los educadores los que iniciaron la marcha, con un homenaje a los protagonistas de la Campaña de alfabetización hace 55 años, seguidos por una multitudinaria marcha de los 17 Sindicatos, que desde todos los sectores, trabajadores de mayor experiencia y otros más jóvenes, ratificaron el mismo compromisos: defender la Revolución.

La jornada culminó con un bloque de jóvenes que bailaron al ritmo de conga cubana, corearon el Himno La Internacional y dieron vítores a la Revolución.

Nos acompañaron también amigos del mundo, como profesores y alumnos del Colegio canadiense George Brown, quienes  permanecen en esta provincia por un mes para adquirir conocimientos y acercarse más a la realidad cubana.

Jóvenes cubanos de estos tiempos, de todos los tiempos

Jóvenes cubanos de estos tiempos, de todos los tiempos


Ser joven es una actitud ante la vida. Porque el joven es transgresor, revolucionario por naturaleza. El joven tiene sueños, y aspiraciones personales, y también para su país. Son los jóvenes los que construyen proyectos de vida, los que escriben la historia, los que hacen la historia.
Ellos, junto a esas personas que no envejecen de espíritu enaltecen el presente y salvan el futuro.
En Cuba han sido los jóvenes los protagonistas de cada época. Fueron jóvenes Antonio Maceo y todos los de la familia Maceo Grajales cuando partieron a la manigua redentora. Y eran jóvenes el abogado Ignacio Agramonte y su esposa Amalia Simoni, cuando se fueron al combate por la independencia de Cuba, ese Mayor de nuestras gestas libertarias, que “armado por mortales ingredientes”, a decir del poeta, “a un siglo de distancia entona nuestra canción”.
Joven nuestro José Martí cuando hizo artículos y versos encendidos, y organizó la Guerra Necesaria por la libertad de su Patria, y para impedir que se extendieran con esa fuerza más los Estados Unidos sobre nuestras tierras de América. Joven aún era nuestro Apóstol cuando murió en Dos Ríos de cara al Sol.
Jóvenes los que salvaron la dignidad de la Patria en la República mediatizada que vino después: Rafael Trejo, Rubén Martínez Villena con su pupila insomne, Julio Antonio Mella, José Antonio Echeverría, paradigmas de generaciones que apostaron por vivir una vida difícil y hermosa: la del compromiso por su país.
Jóvenes los que integraron la Generación del Centenario, y desfilaron con antorchas encendidas aquel 28 de enero, para honrar a Martí, y después se fueron con Fidel en 1953 para asaltar el Moncada, que era asaltar el cielo.
Jóvenes, los del Granma, los de la Sierra, los que fueron a las arenas de Playa Girón para impedir la invasión mercenaria. Y también los que apenas con 15 años se fueron a lugares casi intransitables para alfabetizar en cualquier punto de la geografía cubana.
Joven era Ernesto Che Guevara cuando partió hacia Bolivia, y entregó su vida por la dignidad de la América.
Pertenezco a otra generación que también hizo lo suyo: Angola aún está en la memoria, y también aquellos muchachos que en tierras africanas escribieron las páginas más hermosas de heroísmo, altruismo y amor. Es la misma generación que escuchaba a Silvio, a los Beatles, y a los Rolling Stones.
Y jóvenes también son nuestros cinco héroes, luchadores antiterroristas, que permanecieron por 16 años injustamente presos en cárceles norteamericanas, y mantuvieron sus frentes altivas y su dignidad a toda prueba.
Cuando parecía que todo estaba hecho, nuestros maestros y médicos, nuestros colaboradores internacionalistas, siguieron escribiendo la historia, que en estos tiempos tiene su signo mayor en los que marcharon a riesgo de sus propias vidas, a luchar contra la epidemia del Èbola.
Los jóvenes de la Cuba de hoy viven otra época. Nacieron en pleno período especial cuando la contracción económica nos llevó a situaciones límites. Viven en tiempos de nuevas tecnologías y de globalización; y también de rupturas y transformaciones. Pero quizás sea esta generación la que lleve sobre sus hombros la misión mayor, la de defender este país, cuando por ley de la vida, no esté la generación histórica que hizo la Revolución.
Con sus tatuajes, sus piercings, sus pantalones ajustados, su música que a veces nos resulta estruendosa, y con sus criterios lúcidos, son hijos e hijas de su tiempo, transgresores, críticos, inconformes, pero también traen sus compromisos y sus sueños, su ímpetu y su alegría, sus deseos de seguir empujando un país, y de salvaguardar lo más hermoso que nos ha traído hasta aquí.
Este 4 de abril, cuando la Unión de Jóvenes Comunistas y la Organización de Pioneros José Martí celebran sus aniversarios, recuerdo la idea de Ramón Silverio, ese importante intelectual villaclareño, eternamente joven, que salvó contra viento y marea, e incluso contra incomprensiones, el Centro Cultural El Mejunje. Dice Silverio: “la juventud no está perdida, está más encontrada que nunca”.
A esa juventud encontrada, a pesar de las marcas del tiempo, quisiera yo pertenecer siempre, mientras tenga energías, sueños, aspiraciones personales, inconformidades, y proyectos de vida para seguir desandando por mi país, esta Cuba inmensa donde siempre las generaciones nuevas seguirán escribiendo su propia historia.

Venezolanos ratifican postura firme de su país ante amenazas del Imperio

Venezolanos ratifican postura firme de su país ante amenazas del Imperio

Los hijos de la patria del Libertador Simón Bolívar y el eterno Comandante Hugo Chávez, reafirmaron la enérgica y viril postura de su pueblo ante las amenazas que se ciernen sobre la  República Bolivariana de Venezuela  luego del anuncio del Presidente norteamericano Barack Obama de considerar a esa nación latinoamericana como “un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos”.

Venezolanos que pertenecen a la Filial No Petrolera Gas Comunal, de PDVSA, pasan en Santa Clara un curso de capacitación auspiciado por la Empresa TECNOSIME del Ministerio de Industrias de Cuba, y siguen atentamente los acontecimientos que conmueven a su país y al resto del mundo por estos días, a partir de la nueva escalada imperial.

Entre ellos se encuentran Yadira Castillo y José Ángel Llamosas, quienes significaron que están a las órdenes del presidente Nicolás Maduro para defender su revolución, y agradecieron la solidaridad que respiran en Cuba y en todo el continente, pues “recogemos la cosecha de la semilla que sembró Chávez, hoy estamos seguros que daremos una respuesta contundente ante las provocaciones”, puntualizaron.

Por su parte José Gregorio Natera, otro de los trabajadores de Gas Comunal agregó: “Hoy día tenemos una América unida, y como decía Chávez ¡Gracias por tanto amor!”. Más adelante valoró que hoy se concreta la unidad que soñaron Martí y Bolívar, por ello “defenderemos nuestra revolución rodillas en tierra, y en esta batalla por la dignidad no estamos solos, porque sabemos que en la defensa de Venezuela está la defensa de esta América nuestra”, valoró altamente emocionado.

Entretanto Douglas Caraballo advirtió “Siempre han querido tener nuestro petróleo, han hecho muchos intentos por subvertir la revolución bolivariana, han buscado todas las vías y todas han fracasado, Maduro sabe que puede contar con nosotros. Recordamos en estos momentos a Hugo Chávez, cuando dijo ¡Bastante pueblo hay aquí para defender nuestra soberanía! Esas palabras están hoy más actuales que nunca, porque en Venezuela se defiende también la autodeterminación de todos nuestros pueblos, que hoy andan más unidos que nunca”, finalizó.

Venezuela somos todos

Venezuela somos todos

El pueblo, unido, jamás será vencido. Así lo demostraron los cubanos que en la noche de este domingo se reunieron en la histórica Escalinata de la Universidad de La Habana para brindar su apoyo incondicional a Venezuela ante las agresiones de Estados Unidos.

Los himnos nacionales cubano y venezolano —este último interpretado por el Comandante Hugo Chávez, ese canto histórico durante el cierre de la campaña presidencial de 2012—, dieron inicio a una noche de reafirmación revolucionaria doblemente histórica, pues se volvió a romper el corojo bajo los mangos de Baraguá.

A nombre de los miles de jóvenes presentes en el convite, Yosvany Montano, presidente de la FEU, afirmó que con el abrazo del Alma Mater cantamos a la paz y a la libre determinación de los pueblos de Nuestra América. Cuando se atenta contra la Revolución Bolivariana, agregó, llegamos para reafirmar el apoyo incondicional al pueblo y Gobierno venezolanos.

Recordó que hace 137 años Antonio Maceo hizo un juramento ante la Patria que alimentó el futuro con la Protesta de Baraguá. Por eso, hoy Cuba se levanta con Venezuela y lo hace para todos los tiempos. Levantemos entonces, destacó, un eco multitudinario que refrende a nuestra esta Patria Grande.

A nombre de los Cinco Héroes, presentes en el acto, René González Sehwerert recordó desde la tribuna que el pasado 17 de diciembre el mundo entero amaneció siendo más justo, pues el Imperio había reconocido que no podía doblegar a un pueblo como el nuestro.

A pesar de las celebraciones, dijo, siempre tuvimos presente lo que nos enseñó el Che. En el Imperialismo no podemos confiar ni un tantico así.

El pasado 9 de marzo ese Imperio decidió que Venezuela era una amenaza para EE.UU. ¿A qué sector tiene que complacer el presidente Obama? ¿Por qué esa decisión repentina?, inquirió.

Venezuela es hoy para América Latina lo que fue Cuba hace 56 años para millones de oprimidos, una luz. Por eso Hugo Chávez no va a morir nunca y siempre va a guiar nuestros pasos, subrayó René.

La agresión de Estados Unidos contra Venezuela ya ha concitado el repudio del continente, acotó. Habría que preguntarse si la Cumbre de las Américas en Panamá (el próximo abril), será una caricatura política.

El Héroe de la República de Cuba, parafraseando al Apóstol, afirmó luego: denos Venezuela en que servirla y aquí tendrá millones de hijos. Jamás podrán enterrar una cuña entre Cuba y Venezuela.

Alí Rodríguez Araque, embajador de la República Bolivariana de Venezuela, afirmó que en gran parte del mundo se han realizado distintas manifestaciones de solidaridad y rechazo a las groseras amenazas del más grande imperio conocido, con el mayor poder bélico de la historia, que puede desaparecer la vida sobre la tierra.

¿Qué amenaza puede representar un país como Venezuela para una potencia como esa, donde se han invertido miles de millones de dólares en materia bélica?, cuestionó el diplomático.

Venezuela es un país pacífico, prosiguió, con vocación de paz, que necesita de la paz para aprovechar los gigantes recursos que yacen en sus suelos, y el gigantesco recurso que representa el talento, la capacidad creadora y el trabajo de su pueblo. No representamos absolutamente ninguna amenaza para nadie. Y no representamos absolutamente ningún peligro, como ha querido señalar el presidente Barack Obama.

El peligro que puede representar Venezuela está en el ejemplo de la defensa de su soberanía y de sus recursos naturales. Desde que el inolvidable Hugo Chávez llegó a la presidencia se desató una feroz campaña mundial y a lo interno de nuestro país para destruir su imagen. Se desarrollaron conspiraciones, se promovieron Golpes de Estado, no solamente para hacer fracasar el proyecto bolivariano sino a través de la violencia impedir el «mal ejemplo» que representamos.

Alguna vez, recordó, Condolezza Rice (ex Secretaria de Estado de EE.UU.) dijo que Venezuela era una influencia negativa para América Latina. Si alguna influencia hemos tenido, es la de la dignidad y el amor intransigente por nuestra patria y soberanía, y por haber desarrollado una política del aprovechamiento de nuestros recursos naturales para mejorar la calidad de vida de la población.

La pobreza, afirmó Rodríguez Araque, se ha reducido drásticamente gracias al ingreso petrolero. Hoy somos el país con el menor porcentaje de pobreza, pero en la llamada IV República ese porcentaje se incrementaba anualmente mientras los gobiernos corruptos y las grandes compañías se enriquecían.

La defensa y autodeterminación de Venezuela es algo que siempre ha molestado a los que se consideran los dueños del mundo. Hemos derrotado una y otra vez las intenciones de derrocar a nuestra revolución.

Recordó el embajador todos los obstáculos que ha tenido que enfrentar el proceso bolivariano desde hace 16 años, con guerras económicas y un golpe de Estado para derrocar a Chávez en 2002.

Las oleadas de cambio que trajeron al Comandante Hugo Chávez a la máxima dirección del país, fortaleció la integración de nuestro continente y con otras naciones. Venezuela ha recuperado además, dijo el embajador venezolano, su dignidad de Patria, el pensamiento de Bolívar.

Lo que ocurra de aquí en adelante depende la solidaridad y el apoyo de los pueblos de América y del mundo, consideró. En ese sentido, agradeció la extraordinaria solidaridad del pueblo y Gobierno cubanos. Es sencillamente notable, conmovedor, el rol que ha cumplido el personal médico cubano, que ha llevado vida hasta el último rincón de Venezuela, destacó.

Amor con amor se paga. Nada ni nadie pueden detener a un pueblo cuando se decide avanzar por el camino de la Revolución, sentenció.

Tras las palabras de apertura llegó la música de la mano de artistas como Adrián Berazaín, Patricio Amaro, Raúl Torres, Pepe Ordaz, Tanmy López, la agrupación de El niño y la verdad, la orquesta Jazz Band, de la Escuela Nacional de Arte, y Marta Campos

Vivo en otras pieles

Vivo en otras pieles

Dalia María Reyes Perera confiesa que nunca les pidió juguetes especiales a los Reyes Magos ni muñecas Loreta ni Dunia, porque desde pequeña personalizaba a una maestra que le gustaba escribir sobre temas cotidianos de la propia existencia.

Entre sueños y etapas escolares voló en el tiempo hasta imaginarse en una carrera que le develara la vida de muchas personas; asumir ese hilo conductor que le permitiera hurgar en las interioridades de su país, de su gente, y descubrir las esencias de los fenómenos. Luego de debatirse entre muchas carreras, un día juró que quería ser periodista, y en julio de 1984 la Universidad de La Habana coronó sus aspiraciones para iniciar el tránsito por el camino de aquellos deseos.

Ayer, en el acto de Villa Clara por el Día de la Prensa Cubana, recibió el Premio Roberto González Quesada por la obra de la vida, una mezcla de sacrificios y satisfacciones como en aquellos tiempos en que cursaba el segundo grado, y ya ganaba reconocimientos en composiciones dedicadas a la causa del pueblo vietnamita o la trascendencia universal de la afronorteamericana Ángela Davis.

«El más reciente de los galardones —afirma— tiene connotaciones especiales. Está dedicado a Roberto González, el patriarca del oficio en Villa Clara. Ya lo tienen otros colegas, mas en mi caso re­presenta un regocijo especial porque lo conocí, y admiré su línea en el periódico y su incursión en la radio. Un reto para llegar a alcanzar su dimensión».

—Sin embargo, tu vida profesional se nutre de otros momentos importantes.

—El Premio Internacional Os­waldo Guayasamín marcó un hito. Viajé a Ecuador en dos ocasiones, y participé en la inau­guración de la Capilla del Hombre. Estar en el medio del mundo y ser yo apenas una milésima de este Planeta resultó un privilegio, y allí estaban Fidel y Chávez.

«Un pueblo entero detrás de estos dos estadistas para abrazarlos y besarlos... Aún me emociona mi paso por esta obra majestuosa de un hombre que pensó en América, y que decía que llevaba 5000 años pintando porque él tenía la raíz de este continente.

«Pintó hasta con la leche emanada de los pechos de su madre porque ella afirmaba que así encontraría más luz en sus pinturas. Sin duda, un regalo de la vida».

—En aquella oportunidad ganaste el Premio entre más de 90 concursantes de todo el mundo...

—Hice una entrevista imagina­ria a Guayasamín. Él caminaba conmigo por La Habana y me enseñaba a descubrir el mun­do.

—Durante esta Jornada por el Día de la Prensa y por primera ocasión, la UPEC congratula con el Premio a la Dignidad a tres prestigiosos profesionales villaclareños. Esta vez a dos personalidades indiscutibles de la radio cubana: Aldo Isidrón del Valle y Luis Orlando Pantoja Veitía. ¿Hasta qué punto han influido en tu formación?

—Es un punto gigante. Yo les digo que son mis padrinos. Me han enseñado de todo. Cuando entré en CMHW, en 1997, ya llevaba años como periodista. Había ejercido en Radio Santa Cruz (Camagüey) y en el Servicio Informativo de la TV Cubana, pero al llegar a la Reina Radial del Centro constaté lo que entregaban esos buenos maestros. Tampoco puedo olvidar a Nelson Hernández Cha­via­no (ya fallecido).

«Aldo siempre decía: ''No guarden una noticia en la agenda''. Jamás lo he olvidado y se lo tras­mito a los alumnos. Me hacían bus­car esa intríngulis del hecho; a asistir a una reunión y explorar hasta encontrar la médula. Sin duda, la W ha sido una cátedra para mí.

«Ver dirigir a Luis Orlando Pantoja un noticiero en medio de un ciclón, con una tras­misión en vivo y miles de tensiones, todavía me eriza. Un desafío a la edad con impactante vitalidad, y esa es la mejor clase que queda para los discípulos».

-La nómina de galardonados incluyó con idéntica distinción al caricaturista Pedro Méndez Suárez, del cual también eres fiel seguidora...

—Él quedó junto con Pantoja entre los últimos finalistas para el Premio José Martí, pues yo era parte del jurado. De Pedro Méndez dije a la hora de las valoraciones que tiene a Santa Clara sembrada de cari­caturas. No hay sitio que escape de sus huellas. Se alió a la causa de los Cinco con toda su alma y a­por­taba unas ideas fantásticas.

«Si a ello sumas la cantidad de premios internacionales constituye un ícono dentro del humorismo; además de que ha logrado aunar, en el centro de Cuba, a excelentes humoristas del mundo cada vez que se convoca un evento de humor gráfico. Se dijeron palabras muy lindas, tanto de Pedro como de Pantoja, por parte de varios integrantes del jurado. Todo ello te emo­ciona porque resalta la fuerza del periodismo villaclareño.

—Hablas de tu participación como jurado. ¿Cómo valoras el periodismo que se hace lejos de La Habana?

—Cuando lees los expedientes que se presentan te das cuenta del enorme talento que existe en este país. Entonces, respiras con satisfacción.

—Tú eres una mujer de radio y de televisión. ¿Qué potencialidades te han brindado para el ejercicio cotidiano?

—La televisión es la magia de la imagen. A través de ella expresas todos los sentimientos que quieres trasmitir, y la radio resulta la ima­ginación. Puedes construir mundos diferentes con el texto, la música y los efectos, a lo que se añade su indiscutible inmediatez.

—Fuera del estudio, de las gra­baciones, de los beneplácitos y sin­sa­bores del oficio, está la docencia. ¿Pudiéramos afirmar que consti­tuye otra de las realizaciones en la vida de Dalia Reyes?

—Desde que inició la carrera de Periodismo en la Universidad Cen­tral Marta Abreu de Las Villas, aposté por impartir clases, sobre todo de Periodismo Radiofónico, que es lo que más conozco. Me preparé, y confieso que lo hice y lo hago con mucho temor porque no soy pedagoga. Acercarme a la juventud y saber lo que piensan de la Cuba de hoy, me retroa­limenta y me obliga a estudiar.

— ¿Y cómo vences ese miedo?

—Se me corta hasta la respiración. La primera vez que entré al aula me temblaban las piernas, pero ese hechizo de estar frente a los alumnos ofrece otra dimensión. Co­mien­zo a trasmitir mis pasiones, y les digo a quienes me escuchan: si el periodismo cubano anda mal, traten de transformarlo us­tedes por­que están llamados a ser mejores que nosotros.

—Un capítulo especial en tu vida fue ejercer la docencia en Nicaragua...

—Me impactó ese país por la nobleza de sus habitantes, y por el agradecimiento que manifiestan hacia los cubanos a raíz de la preparación que tenemos. Ni si­quie­ra po­demos imaginar lo cer­quita que está Nicaragua de Cuba desde el punto de vista sentimental.

—Al repasar tu trayectoria sobresale la defensa del género y de la ciencia.

—No solo porque son sectores que atiendo, sino porque me corren por la piel. La sociedad cubana está llamada a convertir en ciencia todo lo que hace. Creo en la comu­nidad científica y en las personas que si­guen estos caminos desde su lugar: el inno­vador, la mujer crea­dora, la maestra que hace un pro­grama diferente para amar el medioam­biente... Si queremos cambiar a este país hay que detenerse, tam­bién, en las ciencias sociales.

«En cuanto al género y su defen­sa es otra parte de mi vida. Hice la maestría apoyándome en esta temática, y quisiera emprender el doctorado, aunque me jubile».

—Entonces, ¿partidaria de hablar de niñas y niños, de doctora y doctor?

—En décadas anteriores para mí resultaba una tontería, pero me di cuenta de que las mujeres somos la mitad del mundo y que tenemos infinidad de cosas aún por re­so­lver. Si no actuamos ante tantos problemas ocultos no haremos un mejor país. Hay machismo, este­reo­tipos, incompren­siones con el racismo, con la diversidad y orien­tación sexual... Son temas apasio­nantes, pero necesitan su discu­sión en la sociedad.

«Estudié la violencia de género, y me percaté de lo mucho que existe. He participado en cuatro eventos de Género y Comunicación y las cosas que salen a relucir son espeluz­nantes. Cuando hablas solo de los niños, las del sexo femenino quedan invisibles, otro tanto si nada más se mencionan a los hombres, y hay que pensar en todos. No es una palabra de más o de menos, es un sentido de la vi­da».

—Como apasionada lectora, ¿a quiénes sitúas como autores de ca­becera?

—Definitivamente a Gabriel García Már­quez e Isabel Allende. Me desborda la magia de nuestra América bajo la visión de ellos, pero no puedo excluir mi predilección por José Martí, como cátedra cimera. A mí me hace llorar, sentir..., nunca envejece. Y de los villa­clareños, a Onelio Jorge Car­doso. Sufro con Mi hermana Visia, mientras que El Cuentero aporta esa cubanía que no puedo soslayar.

 

-En Villa Clara contribuiste a la causa de los Cinco. Incluso mantu­viste un espacio radial. ¿Cómo fue ese 17 de diciembre pasado al sa­ber que ya todos estaban en Cuba?

—Uno de los momentos excep­cionales en mi vida. Sabía de los múltiples intentos en Cuba y en el mundo a favor del retorno, pero nunca imaginé que ocurriera de esa manera, y que coincidiera con el proceso de restablecimiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. Fue como lograr un sueño posible.

—El periodismo, además de pasión y sacerdocio, presenta sus nubes grises. ¿Cuáles son esas que nunca quisieras re­cordar?

—Recuerdo en mis primeros años cuando fui con un equipo de la TV a entrevistar a Eusebio Leal. Quería que la presentación fuera en cámara, pero me quedaba sin palabras. Él estaba a mi lado, y con su increíble maestría me dijo: «Yo me voy a retirar, y cuando hagas la presentación, que sé te va a salir bien, seguimos la plática». Así fue, y la otra experiencia, desagradable, ocurrió con Silvio Rodríguez, que ante una pregunta me dio una respuesta un poco dura. Son solo algunas porque existen muchas más.

—Dicen, y yo lo afirmo, que eres una persona tremendamente obsesiva.

—Cierto. Lo soy cuando estoy editando, escribiendo. Llamo mil veces a Patria (espacio informativo de la CMHW) para preguntar por qué mi trabajo no ha salido. A veces llego hasta arrebatar a las per­sonas. Los editores me piden un descanso, pero lo hago por pura pasión, y cuando no me quedan bien también soy obsesiva, como con la casa, con la limpieza, con mi familia. Ahora cocino, dicen que soy buena en ese giro, y cuido a mi madre, a quien le agra­dezco todo el apoyo que me dio para ser lo que soy.

—A tu modo de ver, ¿qué le falta a ese periodismo nuestro de cada día?

—Hacerlo bello como pedía Martí. Machacamos mucho, sin que nos corra por las venas lo que estamos diciendo. También necesita más investigación. Existen muchos secretos que no sacamos a la luz, y hoy la gente aboga por un periodismo nuevo y diferente en cuanto a forma, y que llegue a los oídos, a los ojos, que entre por todos los sentidos.

«No solo de que falta la papa, que los precios sean altos, la carencia de agua, los baches de las calles, que el transporte es una agonía... Todo eso hay que abordarlo, pero también temas mayores. El pensamiento cubano tiene que cambiar y defender el alma de Cuba, como ha dicho el doctor Manuel Calviño».

—Muchos consideran que el talón de Aquiles recae en la autocensura de los periodistas. ¿Hasta qué punto de vista com­partes o no esa hipótesis?

 

—Pudiera ocurrir en un 20 o 30 % de los casos, aunque hay factores externos que lastran. Las políticas informativas son muy complicadas, y hacer un periodismo distinto, sin apartarlo de nuestros principios, requiere que muchas fuentes o­frezcan información, pero que también el pensamiento político y gubernamental esté a tono para lograr ese mundo mejor, un país mejor y una sociedad mejor.

—¿El gran reto y el sueño que no has cumplido?

—El de ser una buena periodista, que la gente me siga, lograr una alta recepción, y hacer el doc­torado vinculado a los temas de género con la radio, sin descartar lo de volver a impartir otros cursos en el exterior. De lo que sí estoy segura es que no equivoqué mi camino porque un día eres obrera, otro maestra, muchas veces una niña, una científica... He aquí por lo que Gabriel García Márquez la consideraba la carrera más bella del mundo, porque, en mi caso, me permite ser yo, pero vivo en otras pieles que me hacen viajar al infinito./ Ricardo R. González

DOSSIER

Ama a Santa Clara como su ciudad natal, y respira apasiona­miento profesional en extremo, aunque reconoce que no todo son pompas y aplausos. Junto al resto de los colegas sufre, pasa trabajo, y aparecen decepciones en un ca­mino que impone tocar muchas puertas.

Entre sus distinciones resaltan la Réplica del Machete de Máximo Gómez, el Premio Juan Gualberto Gómez 2007, así como las mencio­nes logradas en el propio concurso durante 2005 y 2006.

Jurado del Premio Nacional de Periodismo José Martí y Juan Gualberto Gómez en 2008 y 2014. Premio Internacional Oswaldo Guayasamín, y misión en Angola en 1987, de la que afirma tener vivencias increíbles con múltiples historias aún por contar.

A su familia, y en especial a su mamá, le debe la dicha de ejercer un oficio que la realiza como mujer y le permite descubrir las aristas insospechables del ser humano.

 

 

 

 

 

 

 

 

2015: El año mágico

2015: El año mágico

Todavía tengo que acostumbrarme a las nuevas y felices noticias que llegaron desde el 17 de diciembre del 2014. Casi estoy viviendo en un deslumbramiento que me hace repetirme una y mil veces que sí, que viví para contarlo. 

Todavía tengo que acostumbrarme a este sueño de 16 años convertido en realidad. El regreso de Gerardo, Ramón y Tony, los tres héroes que permanecían injustamente presos en cárceles norteamericanas, y el restablecimiento de las relaciones Cuba-EEUU son acontecimientos, frutos de la perseverancia, casi mágica, que ha acompañado a este país desde que existimos como nación.

Cuba es la isla de las cosas mágicas. Es mágica una revolución que empezó con hacendados que dieron la libertad a sus esclavos y que fueron junto a ellos a la manigua, sólo con la vergüenza y con machetes, a liberar a la nueva nación del colonialismo español.

Es mágico un país que parió jóvenes que asaltaron hasta el Palacio Presidencial, una estación de radio y cuarteles para reclamar cambios, y no dejar morir al Apóstol en el año de su Centenario.

Es mágica una nación que conquistó su verdadera libertad con barbudos vestidos de verde olivo que bajaron de la Sierra, con un Fidel al frente advirtiendo que a partir de entonces –aquel enero glorioso de 1959- todo sería más difícil.

Es mágico el pueblo que enfrentó una crisis de misiles y de amenazas de guerra, y resistió, que encontró miles de adolescentes que fueron a lugares muy recónditos para alfabetizar, que vistió de miliciano y fue a Playa Girón para lograr la primera derrota del imperialismo en América.

Es mágico ver a mercenarios cambiados por compotas para niños, y admirar a un pueblo movilizado para limpiar de bandidos las montañas cubanas.

Es mágica una tierra que dio maestros, dispuestos a ir a otros países para enseñar, la patria que tuvo una generación de jóvenes internacionalistas, quienes, vestidos de camuflaje, partieron hacia África, y sin pedir nada a cambio, solo por amor, lograron lo que casi parecía imposible: contribuir a la desaparición del régimen del apartheid sobre la faz de la tierra.

Es mágico un país que perdió casi todo su comercio internacional cuando dejó de existir el socialismo europeo, y contra viento y marea, cuando nos quedamos solos, y muchos auguraron horas, días, semanas, a la existencia de la revolución, renació como el Ave Fénix, en medio de apagones, carencia de transporte, de alimentos, ropa y calzado, y de todos aquellos elementos básicos para vivir.

Es increíble pensar que ese mismo país, pobre, sumido en las más duras condiciones económicas, formó médicos que marcharon a cualquier parte del planeta donde hiciera falta una mano amiga y alguien con bata blanca, colmado de cariño para salvar vidas y llevar la esperanza.

Es mágico el país que logra convocar a miles y millones de personas en todas las plazas, que batalla en marchas y tribunas durante meses por el regreso de un niño que fue salvado en medio del mar, escoltado por delfines. Y es fascinante, además, el retorno de ese mismo niño a los brazos de su padre, y verlo crecer, y cumplir 10,15, 20 años, rodeado del cariño de un pueblo que lo convirtió en su hijo.

Es mágica una isla pequeñita que, con líderes soñadores en el continente, logró unir a la América y fundar el ALBA, y así cristalizar los sueños de Bolívar y de Martí.

Es mágico el país que tiene profesionales de la salud con tanta dosis de altruismo y nobleza, que, cuando la epidemia del Ébola se cierne como un ave negra sobre la humanidad, marchan otra vez, como mensajeros de la fe, hacia el continente negro para salvar vidas, aún a riesgo de las suyas, como una luz que advierte que soplan tiempos nuevos y que el mundo puede ser mejor.

Cuando se anunció que cinco cubanos buenos estaban presos y cumplían grandes y desmesuradas condenas en Estados Unidos por luchar contra el terrorismo, muchos creyeron casi imposible la promesa hecha por nuestro líder en el año 2001: “¡Sólo les digo una cosa, Volverán!”.

Nos reconfortaba saber que Fidel nunca hizo una promesa que no cumpliera. Por eso nos mantuvimos 16 años luchando, batallando sin cesar, febriles de insomnio y de dolor, hasta que la promesa se hizo realidad. Y eso también es mágico.

Es mágico verlos ¡al fin!, a los cinco juntos, cantando, abrazados de sus familiares, de su pueblo, cantando, dispuestos a ponerse al servicio de su nación y de su pueblo, como siempre.

Es mágico saber que Adriana y Gerardo pronto tendrán a Gema, y es mágico comenzar un año con la convicción de que poco a poco, el bloqueo será historia pasada, porque fuimos titanes, y viajamos con Fidel al futuro más de una vez, y porque sabíamos que al final, llegaría la recompensa de tanta entrega, tanta entereza, tanta pasión y derroche de esa mezcla de bravura y dulzura que siempre nos ha distinguido.

El 2015 es el año que anuncia la magia de las cosas nuevas, lo advierto en los rostros de las cubanas y los cubanos, en la alegría de la gente, en el abrazo apurado, y la frase repetida por estos días: ¡ahora sí!.

Fue mágico ver en esta isla de los abrazos y los besos, los fuegos artificiales a las 12 de la madrugada del primero de enero, el baile en las calles, es maravillosa la certeza de que también tendremos que prepararnos, con esa suerte de magia, amor y pasión, a los nuevos tiempos que vendrán y que encontrarán a un pueblo, quizás diferente al que recibió el triunfo del Primero de enero de 1959, quizás más atemperado al nuevo siglo, pero siempre dispuesto a seguir protagonizando hechos mágicos con esa vocación de hombres y mujeres felices y gigantes, que a pesar del otoño, de los muchos otoños, siempre encontrarán, al final del camino, la primavera.