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Cuba: la victoria

Cuba: la victoria

Cuando cubrí como reportera la retirada de las tropas cubanas de la República Popular de Angola, una imagen quedó grabada en mis ojos y en mis sentimientos.

Eran los combatientes con sus dedos levantados en V, como símbolo de victoria. Iban con sus frentes altas y dignas, con el orgullo de haber cumplido la misión: el régimen del apartheid había desaparecido de la faz de la tierra.

Una y otra vez, en mi vida, he visto otras imágenes que me han estremecido, porque visten de gloria a este país.

El Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes en La Demajagua, en plena manigua redentora, junto a sus esclavos liberados, dando el grito de Independencia o Muerte, el desembarco de Martí y el Generalísimo  Máximo Gómez en Playitas de Cajobabo, para librar la guerra necesaria, el desembarco del Granma, con los expedicionarios fusiles en alto, Fidel y Raúl levantando los brazos en Cinco Palmas, con la certeza de que doce fusiles bastan para hacer la independencia de Cuba. Y los barbudos, recorriendo Cuba en una Caravana denominada de la Victoria, que desató la alegría inmensa de un pueblo que despertó, desde entonces, para hacer su destino.

Luego, los alfabetizadores adolescentes, gritando a su líder: “Fidel, Fidel, dinos qué otra cosa tenemos que hacer”.

Y la mayor imagen de la victoria, es la de Girón: mercenarios con las cabezas bajas, y jovencitos milicianos, custodiándolos, para lograr que, desde entonces, los pueblos de América fueran más libres.

Más cercanas en el tiempo guardo nítidas las imágenes de las misiones internacionalistas, de los médicos en cualquier paraje de este planeta donde un ser humano las necesite, las de la foto del Che, recorriendo el mundo, en brazos de multitudes que se empeñan en transformar el mundo.

O las de Chávez y Fidel, levantando los brazos, como símbolo de la amistad perpetua, en la construcción de un ALBA de esperanza.

O las de las marchas del pueblo combatiente, las Tribunas abiertas, o el regreso del niño Elían, abrazado para siempre a su padre, a sus amiguitos, a su tierra.

Imágenes de victoria que se han escrito día tras día por este pueblo que ha enfrentado durante más de 50 años, agresiones, amenazas, muertes, actos terroristas, dificultades económicas, bloqueo.

Perseverancia sin límites en un camino que no h a sido fácil, que ha estado también cubierto de errores, equivocaciones, traiciones de los que no quisieron continuar, porque un proceso social también lo construyen seres humanos.

Victoria para Cuba y para este pueblo es la marcha que acaban de protagonizar en la Plaza de la Revolución José Martí de la Habana, los pinos nuevos, con las banderas cubanas más  altas que nunca, porque saben que por encima de todo, hay compromisos ineludibles con su tiempo, con el ayer, y sobre todo con el futuro de sus hijos, y de los hijos de sus hijos.

Victoria es este Congreso sincero, crítico, y que demuestra que sabemos cuánto nos falta por hacer, pero que hay una historia grande que jamás podremos olvidar.Victoria es la fe en el mañana, en reconocernos a nosotras y nosotros mismos como constructores del futuro.

Victoria es optimismo, y confianza en que somos protagonistas de nuestro tiempo, y que tenemos una alta responsabilidad con el mundo, con los pueblos que confían en esta isla del Sol, donde hoy caminan muchas generaciones, indefectiblemente, y a pesar de tantos escollos, con las manos levantadas y los dedos en V, en señal de victoria .

 

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