El Boullevard de Santa Clara: un sueño convertido en realidad

Hace sólo unos días, a fines de diciembre del 2013, mientras los santaclareños festejábamos los 25 años de la Plaza Ernesto Che Guevara, símbolo de esta ciudad al centro de Cuba, también quienes vivimos en esta tierra, celebramos el mismo aniversario del nacimiento de nuestro Boullevard, una joya arquitectónica inaugurada  justamente aquel 28 de diciembre de 1988.

Ese día los habitantes de Santa Clara y quienes llegaron hasta aquí para las conmemoraciones por el aniversario 30 de la batalla de Santa Clara, comenzaron a caminar por el Boullevard de Independencia, una calle toda engalanada, colmada de tiendas, jardines, tiendas y parques, todo adecuado a la estética y la belleza que merece la ciudad del Che.

La arquitecta Gloria Ester Arce Delgado era una joven profesional recién graduada cuando asumió el desafío de convertirse en la proyectista principal de esa obra.

Hoy recuerda con mezcla de orgullo y de nostalgia aquella etapa, cuando vio nacer una fabulosa obra en el centro de Cuba.

“El Boullevard de Santa Clara sirvió de escuela, de ejercicio de participación popular , pues convocó a muchos profesionales de distintas especialidades, e instituciones gubernamentales, con marcada voluntad política para decidir la intervención en ese eje que padecía un grave deterioro constructivo”, asevera la actual profesora de arquitectura de la Universidad Central Marta Abreu de las Villas.

Al retornar al pasado asegura que fue un reto profesional que disfrutó muchísimo, cuando solo tenía cuatro años de graduada, y sobre todo se emociona cuando recuerda “la participación de los santaclareños, las movilizaciones que efectuaron las escuelas, las casas de abuelos, los centros laborales, todo el mundo sintió que el Boullevar era suyo”, comenta.

Gloria rememora cómo no se podía defraudar la confianza y la ilusión de los hijos de la tierra de Marta Abreu y del Che Guevara, todo permitió que se unieran las fuerzas bajo una dirección gubernamental.

“Se respetó todo, el patrimonio edificado que hubo que restaurar, se recuperaron las redes hidráulicas, las tiendas y centros gastronómicos y comerciales enclavados allí, fue un proceso donde todas y todos se sintieron comprometidos”, explica la prestigiosa profesional.

 

Asimismo, puntualiza que lo más difícil fue adecuar la psicología popular al comportamiento y modos de actuar en ese boullevard, el tránsito peatonal, la disciplina que debía tener la ciudadanía, la preservación de lo que se había hecho, todo lo cual se logró paulatinamente con el paso del tiempo.

En el diálogo sostenido cone sta CMHW no pudimos obviar lo que significó para esta joven arquitecta aquella encomienda, justamente cuando nacía en la ciudad la gran obra que fue la Plaza de la revolución Ernesto Che Guevara.

No pudo esconder su emoción para responder la interrogante.

“Nosotros estábamos trabajando en el Boullevard, pero queríamos estar en la Plaza del Che,  era un compromiso importante que merecía la ciudad de Santa Clara y su pueblo. Sobre esa base estábamos trabajando intensamente, recuperando una parte de Santa Clara  para tributarla al Guerrillero Heroico, que a su vez estaba siendo homenajeado con una plaza . Estoy segura de que el Che se hubiera sentido muy orgulloso de nuestro boullevard, porque amaba intensamente esta ciudad”, nos asegura Gloria.

A la interrogante de ¿qué sientes cuando caminas por ahí?, su respuesta es tajante:

“Pienso que muchos profesionales le han dado mucho a Santa Clara, de alguna forma pude contribuir a una obra que hace más bella a esta ciudad, y que debe renovarse como se renueva la vida misma. Siento orgullo por el apoyo del pueblo, de la gente, que no escatimó esfuerzos para ver concluida esta inversión gigantesca, en fin cuando camino por ahí y veo el ir y venir de la gente, la alegría de los niños, y el andar de los ancianos, que descansan en sus bancos, solo me resta por decir que fue un sueño que convertimos en realidad”.