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Usted preguntará por qué votamos

Usted preguntará por qué votamos

La verdad es más grande que el Sol, y la verdad dice que hoy en Cuba las serias limitaciones económicas  afectan la vida de la población.

Negar esa verdad de Perogrullo sería negar la gran proeza de este pueblo que se ha mantenido, a pesar del bloqueo, y de errores cometidos por los propios hombres –ninguna sociedad es perfecta-,  al lado de su Revolución, y defendiendo los sueños de un proyecto social que ha garantizado lo más importante: la dignidad del ser humano y los elementos esenciales para vivir y asegurar un futuro para las nuevas generaciones.

En los propios intercambios de los candidatos a diputados al Parlamento Cubano y delegados a las Asambleas Provinciales del Poder Popular han salido a la palestra pública dificultades que aún existen en las comunidades: servicios comunales, problemas en los viales, en el fondo habitacional, en el abasto de agua, en el funcionamiento del Comercio y la Gastronomía, y roturas en las redes eléctricas, por citar algunos ejemplos. Son temas constantes que salen a la luz, además en las Asambleas de rendición de cuentas de los delegados a sus electores.

En las diversas ramas de la economía urge ser más eficientes, como reclaman los nuevos tiempos.

¿Cuál es el secreto, entonces, de la alta afluencia a las urnas de los electores? ¿Por qué votamos los cubanos este 3 de febrero?

Votamos por el futuro, y por nuestras tradiciones de ayer.

Con José Martí, nuestro Maestro Mayor,  aprendimos que sólo la unidad nos conduce a la victoria.

En medio de las transformaciones históricas que vive la isla, ahora volvemos a sostener, con más madurez política, que en medio de la diversidad hay que defender la voz propia y unida que nos ha mantenido firmes, contra viento y marea, durante más de 50 años,  en una nación asediada, satanizada por la gran prensa internacional, y bloqueada por la gran potencia vecina que no perdona la altivez, y la decisión de las cubanas y cubanos de ser independientes y de decidir su propio destino.

¿Por qué votamos?

Votamos porque nadie viene a imponernos desde fuera a las personas que nos representarán en el Parlamento, para debatir el futuro de la nación. Porque hoy las mujeres, los jóvenes, los estudiantes, también son mayoría y protagónicos en un país que cambia hasta su raíz, para elevar la eficiencia y elevar la calidad de vida de sus ciudadanos.

Porque nuestros hijos pueden ir a las escuelas, con la seguridad de que no serán víctimas de las armas y las drogas. Porque nuestros abuelos pueden ir a un Hospital sin pagar un centavo, porque una embarazada y su bebé son más importantes que todo el oro del mundo, porque un campesino o un obrero, o un científico, pueden ir con los mismos criterios a las distintas instancias de Gobierno para defender un criterio.

Porque en los próximos meses, como uno de los mayores actos democráticos que se efectúa en una nación, será discutido, por todos los trabajadores, el Código de Trabajo. Porque incluso, millones de cubanos debatimos antes del Sexto Congreso del Partido Comunista, los Lineamientos Económicos y Sociales que nos sirven ahora de guía para enrumbar los destinos de la nación.

“Usted preguntará por qué cantamos”, dice una vieja canción trovadoresca.

Y ahora si se nos preguntara a los cubanos: ¿Por qué votamos?,  de seguro, la respuesta sería unánime: porque queremos seguir defendiendo la dignidad de este pueblo, porque seguimos apostando por el futuro.

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