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Gerardo Hernández: el cumpleaños de un héroe

Gerardo Hernández: el cumpleaños de un héroe

En una apartada y oscura prisión de Victorville, California, un Héroe celebra sus 48 años en silencio, pero acompañado por millones de personas que en el mundo conocen muy bien de su inocencia y su dignidad.

Gerardo Hernández Nordelo dibujará otra de sus caricaturas y sonreirá al pensar en su Adriana, la pequeña chica de ojos grandes y negros, que lo cautivó para toda la vida. 

Gerardo no pensará hoy en la injusticia, porque su alma  no sabe albergar el odio y la venganza. 

Así llega a sus 48 años, erguido, sonriente, haciendo gala del sobrenombre Cuba con el cual le han bautizado en la prisión, un apodo que lleva con orgullo porque es símbolo de la hidalguía de su patria. 

Gerardo sabe que ahora mismo, en Washington, muchos amigos del mundo libran una batalla sin cuartel para romper el muro de la desinformación y gritar verdades frente a la Casa Blanca sobre un caso manipulado políticamente desde el principio. Allí solicitan al Presidente Barack Obama que firme la amnistía de los luchadores antiterroristas cubanos. Es una ola solidaria que nada ni nadie podrá contener.

Este 4 de junio, Gerardo recordará sus tiempos de estudiante, cuando se graduó cargado de sueños, en el Instituto de Relaciones Internacionales. Cerrará los ojos y vendrán a su mente las imágenes de Angola, y él, vestido de soldado por las causas justas del mundo.

O cuando partió para la misión, y besó a su madre y a Adriana, sin contarles que partiría muy lejos para evitar la muerte de sus coterráneos, y se despidió de los amigos, con la certeza de que emprendería un camino difícil  y que a partir de ese momento cambiaría su nombre e identidad, y se infiltraría en grupos terroristas que desde Miami organizan ataques criminales contra el territorio cubano.

Recordará aquel día en que fue capturado como un vulgar asesino, en medio de la madrugada, y cuando le propusieron traicionar. 

Gerardo pensará ahora mismo en la idea del Maestro Mayor, nuestro Martí, y recordará que “el deber de un hombre está allí donde es más útil”. 

A sus 48 años resume los cerca de quince años de prisión: cuando ha sido enviado al hueco, las veces que le impidieron a su esposa Adriana que lo visite en su prisión; las tantas ocasiones  que la justicia norteamericana le ha negado una revisión del caso, cuando las pruebas y las evidencias de las violaciones y desmanes en el proceso están sobre la mesa.

Volverá al año 2001, cuando recibió la sentencia de dos cadenas perpetuas más quince años y sus palabras absolutas de dignidad: 

“Su señoría, la Fiscalía considera, y así lo ha pedido, que debo pasar el resto de mi vida en una cárcel. Confío en que si no es en este, en algún otro nivel del sistema, la razón y la justicia prevalecerán por encima de los prejuicios políticos y los deseos de venganza y se comprenderá que no hemos hecho ningún daño a este país, que merezca semejante condena. Pero si así no fuera, me permitiría repetir las palabras de uno de los más grandes patriotas de esta nación, Nathan Hale, cuando dijo: "Solo lamento no tener más que una vida para entregar por mi patria". 

Cuando cumple 48 años y ya la piel no es tan tersa y hay huellas del paso del tiempo en su cuerpo, Gerardo sabe que no está solo, que la campaña por la libertad de los Cinco empieza a ganar muchas amigas y amigos que no cesarán de reclamar justicia. 

Y sonreirá con ese humor criollo, porque tres lustros no han podido doblegarlo. Ahora mismo, con esa fe y alegría que jamás ha perdido,  estará pensando en René y en ese nuevo combatiente que ya está por las calles cubanas como otro soldado de la esperanza. Entonces recordará su mensaje al héroe devenido hermano de lucha:Alguien me ha preguntado cómo diremos ahora que no somos cinco, sino cuatro. ¡Error! ¡Somos cinco y seguiremos siendo cinco! Si hoy tenemos que continuar la lucha no es solo por los otros cuatro, es también por René, porque lo conocemos y sabemos que él no será realmente libre hasta que estemos todos de regreso en la Patria. La diferencia es que esta batalla, que será hasta el final por los Cinco, cuenta desde hoy con un nuevo abanderado.

¡Felicidades René! ¡Tus cuatro hermanos celebramos contigo, orgullosos! 

Que sea entonces, este 4 de junio, cumpleaños de Gerardo, un nuevo motivo para seguir levantando nuestras voces por esos hombres dignos que tienen que volver a esta patria para abrazar a su pueblo, y ver tanto amor repartido, y admirar el azul del cielo, el brillo del Sol y una tierra irredenta.

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