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Dalia

Frente al volcán Masaya

Frente al volcán Masaya

 

Un ingeniero informático llamado José Alfonso Zepeda García es el gentil guía en esta ocasión.

Nos conduce por la Carretera de Masaya junto a la profesora villaclareña Patricia Patricia Pérez Lorences, y fluye el diálogo con esa serenidad que tienen los nicas para contar sus historias personales.

Zepeda tiene frisa los 40 años. Es muy cubano, asegura, conoce bien a la isla, porque hasta allí llegó cuando era apenas un adolescente, para cursar estudios secundarios, gracias a una beca que le fue otorgada. Zepeda se quedó mucho tiempo en la isla, terminó el preuniversitario, e ingresó en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (ISPJAE, CUJAE, como también se le conoce por sus siglas).

“Todo lo que soy se lo debo a Cuba, allí me formé, y agradezco a esa educación que recibí mi vida de hoy. Cuando terminé mi carrera, muchos pensaban que después de tanto tiempo en la isla, no iba a encontrar ningún trabajo en Nicaragua (también por el desconocimiento sobre Cuba y los prejuicios hacia la isla en algunos sectores sociales), pero vencí obstáculos, y he demostrado con mi preparación y mi empuje, que los conocimientos adquiridos fueron de primer mundo. Une vez me preguntaron que si hubiera podido echar mi vida hacia atrás y escoger un país para estudiar, cuál seleccionaría, y sin vacilar, repetí: otra vez en Cuba. Allí pasé años hermosos, y también viví las limitaciones del período especial. Allí conocí docentes muy talentosos, y tuve compañeros que han sido mis amigos. Una vez un profesor cubano me dijo: si a un escultor le piden hacer una obra con piedras, y lo logra sin herramientas prácticamente, cuando tiene un cincel en las manos, la escultura es perfecta. Eso me lo enseñó Cuba: para lograr algo bastan el talento y la perseverancia”.

Zepeda tiene un interesante proyecto. Todos los años visita comunidades nicaragüenses y realiza el Día de la gratitud, para agradecer al destino y al Dios en que cree todo lo que le ha dado la vida. Lleva juguetes a los niños, hace una fiesta infantil. “Me siente  mejor ser humano”, asegura.

El nicaragüense cubano nos cuenta su historia y nos lleva a parajes maravillosos. Catarina, cerca de Masaya, es un sitio paradisíaco, rodeado de montañas, volcanes, y una laguna llamada de Apoyo, donde se asienta un lugar de atracción turística, además de por las inigualables bellezas naturales, por la artesanía que se ofrece. Zepeda nos muestra las bellezas de su país y sueña con que se pueda desarrollar más el turismo en Nicaragua y enseñar a los visitantes los atributos de su querida tierra centroamericana.

Luego nos invita a conocer lo que algunos llaman

LA PUERTA DEL INFIERNO

El Parque Nacional Volcán Masaya fue creado oficialmente el 24 de mayo de 1979.

Hasta el volcán Masaya, uno de los más activos de América Latina nos dirigimos este sábado memorable.

Increíble espectáculo ante nuestra vista. Llegamos al mirador principal en la Plaza de Oviedo, donde nos sorprende aquella escena casi increíble: el cráter activo Santiago, de varios kilómetros de longitud es casi como una página arrancada a una novela de García Márquez donde lo real maravilloso de estas tierras del Sur se cruzan para mezclar realidad y fantasía.

Se respira un olor a azufre, y las indicaciones al viajero advierten que no se debe permanecer allí por más de 20 minutos. Otras medidas preventivas advierten que es un turismo de aventura, y que se pueden correr riesgos. Por ejemplo, aconsejan situar el carro en posición de salida, no salir de los senderos indicados, protegerse debajo de vehículos si hay expulsión de rocas, y estar atentos ante síntomas como irritación de los ojos, o afectaciones a las vías respiratorias por la expulsión de gases.

Junto a la profesora Patricia, ascendimos una larga escalera de piedras que nos lleva hasta el Mirador Cruz de Bobadilla, donde se encuentra la réplica de la Cruz erigida por el Padre Francisco de Bobadilla a inicios de la conquista en aquel lugar.

“Estamos aquí”, dice mi colega, quien no deja de disparar el obturador de su cámara para dejar recuerdos del momento.

Y como para no alejarnos de la sorpresa, y saber que Cuba está en todas partes, allí, en ese sitio simbólico , en esta altura de la geografía centroamericana, vi un espacio sencillo, pero grande por lo que representa, dedicado a nuestros cinco héroes cubanos, presos injustamente en estados Unidos por combatir contra el terrorismo. “El corazón de la isla también late aquí,” dije a la profesora cubana que me acompaña.

El volcán Masaya ha erosionado en épocas anteriores, y se le conoce como la puerta del infierno. Todavía en zonas aledañas, se advierten los estragos de las cenizas cuando ha entrado en actividad. Pero, sin lugar a dudas, llegar a este lugar, gracias a la invitación de un profesional nica, formado en Cuba, ha sido un regalo para quienes llegamos desde el centro de la isla, y así conocer los secretos de la naturaleza rica e increíble de un país que también nos abre sus puertas.

 

 

 

1 comentario

Juan -

Tremendo recuerdo del Volcán Masaya,saludos mi amiga Dalia !