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Ciencia cubana: desafíos en un año diferente

Ciencia cubana: desafíos en un año diferente

La ciencia cubana celebra su día este 15 de enero, en clara referencia a la histórica frase de Fidel, pronunciada en 1960, cuando advertía que "El futuro de nuestra Patria tiene que ser, necesariamente, un futuro de hombres de ciencia, de hombres de pensamiento”.

La idea del líder de la Revolución cubana cobra hoy total actualidad, en una nación que renueva su modelo económico, y que necesita, como nunca antes, de la inteligencia masiva para solucionar los problemas acuciantes de nuestra sociedad, desarrollarnos y defender los valores del socialismo, que nos han traído hasta aquí, luego de más de cinco décadas.

Acercar el conocimiento a las necesidades de la política económica y social de la isla, salir de los laboratorios, y tocar más el surco, las empresas, las comunidades, las instituciones de la producción y los servicios: ese es el reto de los científicos cubanos hoy, cuando están en juego, y sobre la mesa,  todas las cartas para cambiar lo que debe ser cambiado, y  lograr que nuestro país, definitivamente, logre subsanar errores cometidos, elevar el nivel de vida de la población, y desarrollarse.

Como esclarecen los lineamientos económicos y sociales del Partido y la Revolución, hay asuntos claves que no pueden olvidarse. Los más sensibles deben ser prioridades de la ciencia: alimentación, vivienda, protección del medio ambiente, desarrollo sostenible, sustituir importaciones e incrementar exportaciones, con valores agregados.

En las ciencias sociales, afloran las propuestas de desarrollo local, donde cada Consejo de Administración y las asambleas municipales deberán tener mayor autonomía para resolver problemas de la comunidad que antes se decidían desde esferas superiores.

Otros temas muy complejos están en manos de los científicos. En Villa Clara, por ejemplo, la puesta en marcha de un programa de enfrentamiento al cambio climático, con las acciones para mitigar y adaptarnos a los impactos de ese fenómeno natural, fue, en mi criterio, uno de los logros más importantes del sector el pasado año.

Pero no basta. Nuestro territorio es uno de los que más aporta a la carga contaminante del medio. Es preciso seguir avanzando en la reforestación, como acción indispensable para salvaguardar nuestro entorno natural y no comprometer el futuro de las generaciones venideras.

Hay que avanzar más en la generalización de resultados de la ciencia, sobre todo en aquellas cuestiones  que más preocupan al pueblo, como la producción de alimentos.

Hace unos días, una experimentada dirigente del sector   se hacía algunas preguntas que hoy comparto: ¿Cuánto se resolvió a partir de una investigación? ¿Qué impactos tiene, por ejemplo, una estrategia ambiental? ¿Qué beneficios trajo un proyecto, o la aplicación de una tecnología de punta? ¿Cuánto tributa la ciencia a la solución de los difíciles problemas que hoy enfrenta nuestra sociedad, cuánto aporta al desarrollo de la economía, o al medio ambiente?

Son retos que, cuando llegamos al día de la ciencia cubana, deberán enfrentar los hombres y mujeres de un sector que, definitivamente, está comprometido con el futuro.

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