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René: la dignidad tras las rejas

René: la dignidad tras las rejas

Fue una feliz coincidencia. El 13 de agosto de 1956, Irma Sehwerert trajo al mundo al Héroe René González.

Con el paso del tiempo, René comprendió que nacer ese día era como una premonición de la misión de su vida. Ser fiel, ser un hombre bueno. Amar con creces a su pueblo y a la humanidad.

René nació en Chicago,  Estados Unidos  y, al regresar con la familia a Cuba, se integra rápidamente al proceso revolucionario, como toda su generación. Se  hizo piloto y en 1990 partió hacia los Estados Unidos, con la riesgosa misión de actuar dentro de las organizaciones contrarrevolucionarias para evitar las acciones terroristas que desde allí se preparan y ejecutan.

Detenido y  encarcelado es sometido una y otra vez a torturas sicológicas y presiones. Pero no ha cedido ni un ápice en casi doce años tras las rejas.

El 20 de junio del año 2009 escribió: Somos Cinco soldados, ocupantes conscientes y orgullosos de una trinchera, que hemos escogido levantarnos por algo antes que caer por nada, espejo vivo de la moral de un pueblo en que el enemigo ve reflejados, lleno de impotencia y rabia, su falta de valores, su pobreza de espíritu, la fragilidad de su autoimagen y todas sus miserias. Somos Cinco revolucionarios cubanos a los que no podrán doblegar jamás, y habrán de vivir cada día la humillación de ser incapaces de entender el porqué.

Su esposa, Olga Salanueva, lo recuerda como el esposo fiel, el padre intachable, el eterno enamorado que es capaz de cualquier  renunciamiento, por una causa mayor: su patria.

Irmita, su hija mayor ha afirmado:”Lo admiro, no por ser héroe. Mi papá es mi papá, ante todo, y como dice él, cualquiera en su lugar habría hecho lo mismo por su Patria. Lo admiro porque es una persona buena. Es mi ídolo. Nunca piensa en sí mismo; piensa en el bien del mundo, en el futuro”.

René prefiere que no lo consideren héroe. Más de una vez ha escrito que cualquier hijo de su pueblo, hubiera sido capaz de hacer lo que él ha hecho. Su hermano Roberto afirma que es  un cubano como tantos otros, que asumió un día una misión por su patria.

René da la impresión de no sentirse preso y, por el contrario, de estar en libertad”, ha afirmado Roberto.

Entretanto, René sigue firme, altivo, indoblegable, con el orgullo de celebrar su cumpleaños el mismo año de Fidel. A propósito ha comentado:

"El cumplir años el 13 de agosto es, por supuesto, un accidente del calendario, una probabilidad en 365 que se dio a pesar de que según la mitología familiar la Vieja quería aguantarse hasta el 14, por aquello de que aquí en los Estados Unidos, donde nací, el 13 es un número de mala suerte.

"Luego el accidente se me fue revelando en una coincidencia afortunada, proceso que se me fue manifestando de a poco en la medida en que adquiría  primero conciencia de que era la fecha de mi cumpleaños y luego descubría que también era la de Fidel. Paulatinamente, más personas a mi alrededor me lo fueron haciendo notar.

"Recuerdo cuando Fidel cumplió los 50, en la Unidad Militar en que me encontraba le hicimos una carta colectiva y al tiempo que yo ponía mi firma, los compañeros me felicitaban a mí también por cumplir los 20, fue una experiencia tan hermosa que no la olvido.

"En fin, el que la Vieja no pudiera aguantar esos otros 15 minutos para que diera la primera campanada del 14 de agosto, se convirtió en una coincidencia que para mí es un compromiso". ¿Por qué?

Por todo lo que representa Fidel y como revolucionario cubano haber nacido el mismo día que él es una satisfacción y es un constante estímulo para ser mejor.

Este 13 de agosto, René González Sehwerert  vuelve a celebrar otro año en presidio injusto más libre que los que un día intentaron encerrar la dignidad y el amor.

 

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