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¿Qué vamos a hacer?

¿Qué vamos a hacer?

“¿Qué  vamos a hacer?” Con esta pregunta culminaba Ricardo Alarcón de Quesada sus palabras  de clausura del Encuentro de Cubanos residentes en el exterior, celebrado a finales de enero en el Palacio de las Convenciones de la Ciudad de la Habana.

¿Qué vamos a hacer? Decía el Presidente del Parlamento Cubano cuando ofrecía nuevos elementos sobre el caso de los cinco ante un auditorio que desconoce muchos detalles del proceso.

¿Qué vamos a hacer? es la pregunta que hoy se hacen millones de cubanos y miles de personas de bien del mundo, cuando prácticamente las puertas jurídicas están cerradas para un proceso matizado de intereses políticos hasta la raíz.

¿Qué podemos hacer para que los cinco regresen a la patria, o para que Olga y Adriana puedan visitar a sus esposos René y Gerardo en las prisiones injustas?

En ocasión del décimo aniversario del encarcelamiento de los luchadores antiterroristas, Gerardo enviaba un mensaje especial al mundo:

“La última palabra en el caso de los Cinco la tienen ustedes, nuestras hermanas y hermanos de Cuba, de los Estados Unidos y de todo el mundo, que a lo largo de estos años han sido nuestra principal fuente de aliento. Nuestras esperanzas no están depositadas en ninguna corte. (…)Nuestra esperanza son ustedes, quienes a base de sacrificios y nadando contra la corriente, han logrado que hoy en todos los continentes se conozca la injusticia cometida contra los Cinco. Ustedes, que hoy no andan de paseo, ni están descansando en sus casas, sino que nos honran con su presencia en diferentes actividades.  (…)A ustedes corresponde continuar luchando para desenmascarar la doble moral de un gobierno que invade a otros países supuestamente para combatir el terrorismo, al tiempo que alberga y protege a connotados terroristas, y encarcela a quienes trataban de impedir sus actos criminales”.

Será la solidaridad internacional, entonces, la que abra las puertas de las prisiones a los Héroes. Fue la solidaridad la que llevó a que tres de ellos, Antonio, Fernando y Ramón a ser resentenciados, y que sus condenas hayan sido reducidas.

Fue la presión de los grupos solidarios, de Parlamentos, Gobiernos, asociaciones y personalidades de todo el planeta la que permitió avanzar en esta batalla que no cesará mientras permanezca la injusticia.

Ejemplos sobran. Hace sólo unos días finalizó el Cuarto Congreso Latino, en El Paso, Texas, donde se aprobaron importantes resoluciones a favor de la liberación de los héroes cubanos.

Poco a poco se abren nuevos espacios, ha dicho Alicia Jrapko, Coordinadora del Comité Internacional de solidaridad con los cinco en Estados Unidos, aunque confiesa que es muy difícil romper la mordaza que se le ha impuesto a los grandes medios de comunicación en torno al caso.

Desinformación, manipulación, ocultamiento de la verdad son estrategias para que la opinión pública desconozca de qué se habla cuando se mencionan los nombres de Gerardo, René, Ramón, Fernando y Antonio.

Entretanto, ellos desde sus prisiones, continúan dando pruebas de amor. Tony ha publicado en los últimos tiempos más de veinte poemas en los últimos meses. Dibuja, en alegoría a la paz y a la esperanza.

Jamás se ha escuchado de ninguno de ellos una palabra de odio ni de venganza.

¿Qué vamos a hacer? Es la pregunta que hoy se mantiene como un llamado a no descansar en la batalla que sigue sumando a otras personas y grupos solidarios.

En el citado evento, Alarcón concluía con unas palabras que nos sigue alertando para no permanecer callados ni de brazos cruzados ante la ignominia.

 

“Gerardo dijo en una ocasión que la justicia sólo vendrá cuando la dicte “un jurado de millones.” A nosotros nos toca movilizar esos millones dondequiera que estemos. El Presidente Obama puede y debe ponerlos en libertad y tiene que hacerlo ya y sin condiciones de ningún tipo. Él debe ordenar a su Departamento de Justicia que retire los cargos que les fueron formulados a nuestros compañeros. Él sabe cómo hacerlo pues ya lo hizo en mayo del año pasado en un caso de un alto oficial condenado por espionaje. (…) Debemos exigirle que lo haga. Que ese reclamo lo persiga por todas partes como una maldición gitana.

Como debe perseguirlo la demanda de que permita a Adriana visitar a Gerardo y a Olga reunirse con René. Mientras no haga lo que tiene que hacer que es permitirle a los Cinco regresar libres a sus familias y a su Patria, hay que denunciar a los cuatro vientos la inicua tortura que dura ya demasiado. Fidel dijo que los Cinco volverán.     Nosotros tenemos que actuar para que vuelvan. ¿Qué vamos a hacer?”

Los tiempos son de acción. Quienes apostamos por los buenos gestos de paz seguiremos sin tregua en esta lucha, hasta ver a los Héroes cubanos en su isla, junto a los suyos, junto a su pueblo.

 

 

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