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26 de julio: Ya estamos en combate

26 de julio: Ya estamos en combate

"No hay más que un medio de vivir después de muerto: haber sido un hombre de todos los tiempos o un hombre de su tiempo." La frase martiana vuelve a todos en esta conmemoración del aniversario  60 del ataque a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.

 Y cito a nuestro Apóstol porque fue el autor intelectual de aquella gesta protagonizada por jóvenes que no lo dejaron morir en el Año del Centenario de su natalicio. Jóvenes que han trascendido su tiempo, y que regresan a nosotros para advertirnos, una vez más, que su sangre generosa no fue derramada en vano. 

Hoy, lejos de discursos encendidos, de frases retóricas, sin apasionamientos ni multitudes enardecidas para recordar una efeméride, necesitamos, como también enseñó José Martí, reflexionar personalmente qué hacer para ser dignos de la estirpe que nos legaron Abel Santamaría, José Luis Tasende, Boris Luis Santa Coloma, Renato Guitart , Raúl Gómez García y tantos otros que hicieron eterna su juventud aquel año 1953, y lo dieron todo “para poner en la cima del Turquino la estrella solitaria”. 

Quienes asaltaron la madrugada del 26 de julio hace seis décadas, entregaron sus vidas por una Patria mejor, esa que hoy nos empeñamos en construir “con todos y para el bien de todos”. Sin doble moral, sin mentiras, defendiendo los valores que como cubanos nos han traído hasta aquí, haciendo cada cual lo que le corresponde hacer por su patria chica, que es el lugar donde se vive, se estudia, se trabaja…

 Una patria donde reine la solidaridad entre las personas, la educación, la honestidad, la pulcritud, la sinceridad y “ese sol del mundo moral” que hicieron y han hecho de esta isla el crisol de la virtud y de la libertad. 

 “Sólo la moralidad de los individuos conserva el esplendor de las naciones”, escribió Martí, y esa es la nación que hoy, en tiempos de cambios, necesitamos salvar, con todas nuestras fuerzas, por el honor y la memoria de quienes, aún muertos, “dan luz de aurora”. 

Criticar y criticarnos lo mal hecho,  estar siempre inconformes con la obra realizada, preservar la unidad de quienes desean, luchan  y se desvelan por una patria grande, ese será el mayor tributo a quienes se inmolaron por Cuba. 

“Se afirma un pueblo que honra a sus héroes”. No olvidemos la sentencia del más universal de los cubanos,   ahora, cuando los días finales de julio nos traen, más vivos que nunca, a quienes escucharon aquella noche de julio de 1953 los versos del poeta de la Generación del Centenario 

Ya estamos en combate......

En nombre de las madres y de los hijos de nuestra tierra heroica

En nombre del honor y del decoro que construyó su historia

Por la estrofa magnífica del himno

«Que morir por la patria es vivir»

 

 

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