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Dolor inmenso por la muerte de Chávez

Dolor inmenso por la muerte de Chávez

En mi vida de reportera he tenido que dar cobertura a duras y amargas noticias. Sin embargo, no me equivoco en afirmar que la pérdida irreparable de nuestro querido Comandante Hugo Chávez ha sido lacerante.

Chávez dejó en el pueblo cubano una huella indeleble de amor y solidaridad. Fue un amigo, un hermano, un padre, el fiel continuador de las ideas de Martí, Bolívar y Fidel.

El segundo Libertador de América. El prócer del Siglo XXI.

He visto consternada el tributo de su pueblo, que con una marea roja afirma que ¡Chávez vive! ¡La Lucha sigue!.

He visto  a mi pueblo llorarlo cuando acudió a rendirle tributo el pasado jueves a la Sala Caturla de la Biblioteca Provincial Martí.

Flores, estampillas religiosas, mensajes que hablaban de amor, de compromisos con el futuro, de continuidad.

Chávez sembró y recogió amor, a pesar del odio de un enemigo que no le perdonaba su liderazgo y sus ideas emancipadoras.

El mismo ni siquiera imaginó cuánto dejó sembrado. No hay dudas. Todas las venezolanas y venezolanos son Chávez, y también todos los latinoamericanos y personas de bien del mundo somos Chávez porque como él queremos y tenemos Patria, y seguiremos soñando con un mundo mejor, ese mundo al que él se consagró en cuerpo y alma hasta los últimos instantes de su inmensa vida.

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