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Antonio Guerrero: erguido con su alma robusta.

Antonio Guerrero: erguido con su alma robusta.

Antonio Guerrero Rodríguez es un poeta de cuerpo y de alma. Ha hecho poesía con su vida. Al llegar a sus 54 años, Tony celebrará este nuevo aniversario,  seguramente, con la libertad que sólo disfrutan los que aprenden a vivir irradiando luz, esa luz que, a decir de José Martí, hace huir a los pecadores.

Antonio Guerrero está condenado injustamente tras unas rejas en una prisión de mediana seguridad de Marianna, Florida, pero no pierde esa sonrisa franca, y esa mirada pura que nadie ha podido robarle, a pesar del odio de un enemigo que no ha aprendido que hay hombres libres,  aunque estén tras unos barrotes, porque echan a volar su pensamiento hacia el futuro, o mejor, hacia las obras buenas que ennoblecen las almas.

El Héroe cubano, probablemente esperará su cumpleaños haciendo nuevos dibujos, evocando al Che, a Maceo, diseñando aves y mariposas nacionales, o pintando rostros de cubanas, o quizás, ideando la nueva serie de imágenes a partir de los conciertos de Silvio Rodríguez por los barrios habaneros.

Ahora mismo, en la prisión donde permanece confinado con una condena de 21 años y diez meses, estará haciendo un nuevo verso para la Patria, para el amor, para los hijos Tonito o Gabriel Eduardo, o para su hermana adorada Maruchi, o para la madre Mirta, siempre presente y necesaria. Esa familia con quien prefiere compartir un domingo de besos, porque es feliz, y se siente recompensado a pesar del sufrimiento y la nostalgia, y la sinrazón de unas rejas y de la soledad de una ventana.

Tal vez Tony retome versos de Pablo Neruda, o de Mario Benedetti, para recordar que el corazón de los poetas puede traspasar las barreras del tiempo, y vencer la barbarie, y mantener la firmeza y el amor engendrado por la convicción de siempre soñar, y creer en el mejoramiento humano, o en esa suerte de transitar por la vida haciendo algún bien por los demás.

Estará acompañado en este cumpleaños por los millones de personas que en este planeta reclaman su libertad y la de sus cuatro hermanos de lucha.

Volverá a darles consejos a sus hijos, para que sean buenas personas, y pedirá otra vez a su madre Mirta que no llore,  porque el tiempo es de lucha y de esperanzas.

Algún prisionero ahora mismo recibirá sus lecciones, porque en la cárcel devino maestro de varias asignaturas. En el Aeropuerto de Santiago de Cuba recordarán sus pasos por allí como especialista, mientras que en la Universidad de Oriente estará más presente que nunca el Doctor Honoris Causa que dejó su huella en ese recinto,  cuando impartió clases una vez egresado en la antigua Unión Soviética como  Ingeniero en Construcción de Aeródromos,

“Ahora, en este punto, me yergo con mi alma robusta”. Con ese verso del “Canto de mí mismo”, del poeta norteamericano Walt Whitman, inició Antonio Guerrero en el año 2001 su Alegato de Defensa.

Así, erguido con su alma robusta, y porque cree en el porvenir, y en la razón de su vida, este 16 de octubre, en sus 54 años, Antonio Guerrero Rodríguez retomará versos del bardo uruguayo y universal Mario Benedetti, para recordar aquella frase que resonó en el juicio:"...la victoria estará como yo

Ahí no más germinando..."

O aquel verso libre de Martí, que ha sido paradigma de su existencia:

    "He vivido: al deber juré mis armas

    y ni una vez el sol dobló las cuestas

    sin que mi lidia y mi victoria viere..."

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