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Fernando González LLort: con estrellas martianas en la frente

Fernando González LLort: con estrellas martianas en la frente

Fernando González Llort llega a los 49 años de vida, tras las rejas de una prisión en Estados Unidos, por el único “crimen” de impedir la muerte de hijas e hijos de su pueblo.Cubano de su tiempo, Fernando ama la música, la poesía, su familia, su esposa y su Patria. Fernando es un criollo puro. Fiel a su generación y a su país.

Estudió Relaciones Internacionales y cumplió misión internacionalista en la República Popular de Angola.

Un día renunció a las comodidades de su hogar, a su barrio, a su isla amada, para cumplir con un deber mayor. No vaciló para evitar la muerte de personas inocentes.

Como tampoco vaciló cuando fue detenido y le propusieron la traición a cambio de su libertad. Fernando se mantuvo y se ha mantenido firme. Incólume. Los años de prisión lo han reafirmado como el ser humano que es, como el cubano que es.

Él, como Gerardo, Ramón, Tony y René, aprendió muy bien la lección martiana de que es mejor llevar en la frente la estrella que ilumina y mata antes que el yugo de la maldad y del servilismo.

Así, Fernando permanece casi catorce años prisionero, con una altivez que desconcierta a sus enemigos e inflama de orgullo y admiración a la inmensa mayoría de su pueblo y a numerosas personas que en todo el planeta hoy claman por su libertad.

Este 18 de agosto este hombre bueno no podrá abrazar a su esposa Rosa Aurora, ni sentir el beso de su madre Magali. Ni podrá caminar por su barrio, o compartir este sábado de sol  en familia.Sin embargo, sus verdugos saben que este día Fernando no estará solo.

Volverá a sonreír cuando lea las cartas que le llegan desde diversas latitudes, se imaginará caminando por la Habana, o quizás vistiendo el uniforme de camuflaje, de combatiente de la libertad del mundo. Así llega Fernando a su cumpleaños: confinado injustamente  en una penitenciaría del Estado de Arizona, con una condena de 17 años y 9 meses, preso por el odio y la maldad de quienes no perdonan la decisión de un pueblo de vivir sin amo.

Pero este 18 de agosto volverá Fernando, como cada día,  a estar rodeado de amor,  y de tanto cariño, que podrá traspasar los barrotes de su celda con su fértil imaginación de hombre bueno y digno para volver a repartir amor y esperanzas, y defender un mundo de paz, ese por el que ha sido capaz de darlo todo, con la estrella martiana sobre la frente.

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