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Apasionado de las letras y del campo

Apasionado de las letras y del campo

Emilio Chávez Estévez confiesa que siente pasión por la pedagogía y la agronomía. Este placeteño, Licenciado en Educación, apegado al campo y a la formación de las nuevas generaciones ha logrado convertir en magia lo que para muchos parecía imposible: despertar en los niños y adolescentes su predilección por carreras agropecuarias.

“Yo siempre he estado vinculado al Ministerio de Educación, me encanta trabajar con Círculos de Interés para que los alumnos se incentiven por carreras agropecuarias, por la necesidad que hoy tiene el país de estas especialidades”, nos confiesa.

Y así, multiplica su experiencia, llega a las escuelas del poblado de Falcón, entre ellas, la Primaria Alfredo González y el Centro Mixto Chichí Padrón, donde ha creado círculos de interés de agronomía, agroecología, medio ambiente y bosques martianos. Ya los resultados son notorios: de 30 alumnos que culminaron 9no grado el pasado año en el Chichí Padrón, y que pertenecían a esos círculos de interés, 20  solicitaron carreras agropecuarias.

Chávez es Jefe de área del grupo agropecuario, perteneciente al sector de la educación en Placetas y trabaja con la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños,  vinculado a la Cooperativa de Créditos y Servicios Antonio Duménigo. Con los alumnos llega al campo, siembra, les enseña los secretos de los cultivos y la felicidad que se respira cuando se obtiene un fruto que salió de sus propias manos.

Hoy siente orgullo por haber sembrado una semilla en los jóvenes de su poblado. De ahí que nos afirme: “La botánica, la agronomía, la biología son ciencias vinculadas al proceso de educación. Por eso participamos en eventos, donde mostramos nuestra experiencia. Los niños y jóvenes son los primeros agradecidos, porque se sienten útiles y comienzan a amar una carrera que les parecía muy ajena. Conversamos con ellos, les mostramos el valor de producir alimentos,  fomentamos la conciencia de que es la prioridad de un país agrícola, que necesita pensar en el futuro, y ellos son el futuro. Pero también  llegamos a las familias, dialogamos. Hoy la visión de estos muchachos y de sus padres y abuelos es diferente. Ya saben la importancia de una profesión que es vital en la nación, y en el mundo”.

Este campesino pedagogo no puede ocultar la emoción cuando le preguntamos acerca de sus sentimientos al ver los impactos del trabajo de muchos años.

“Una gran satisfacción, se ve uno emocionado, estos niños tienen un futuro garantizado, van a ser útiles a la sociedad, hemos extendido este programa de formación vocacional a través de círculos de interés  con perfil agropecuario, en toda la provincia, y sé que los va a motivar para aspirar a esta profesión. ¿Feliz? Sí, pero insatisfecho. Hemos comenzado en este empeño y hemos avanzado, pero falta mucho. No obstante, soy optimista. Las nuevas generaciones nos agradecerán esta batalla por garantizar nuestra propia soberanía alimentaria”, advierte.

La pasión por la educación y por incentivar el amor a la agricultura ha prendido en jóvenes de Falcón que hoy ven el futuro con los pies sobre la tierra, gracias a la labor de un hombre que aprendió, con Martí, que “La Agricultura es la única fuente constante cierta y enteramente pura de riqueza”.

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