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Crónicas desde Nicaragua (II) En espera de efemérides gloriosas

Crónicas desde Nicaragua (II) En espera de efemérides gloriosas

 

Las fiestas patrias llenan de alegría toda Nicaragua.

Se celebra en esta tierra el aniversario 190 de la independencia  de Centroamérica y el 155 de la batalla de San Jacinto, efemérides que marcaron un hito en la historia de la nación.

El 14 de septiembre de 1856 fue derrotado, en la Batalla de San Jacinto, el ataque filibustero comandado por Willian Walker, quien pretendía erigirse como Presidente de Nicaragua, restablecer la esclavitud  e imponer el idioma inglés. La respuesta de los militares nicaragüenses y de las tropas conformadas por hijos humildes del pueblo, no permitió tamaña arbitrariedad, y así ese día se apuntó como página imborrable de la hidalguía nica. Dicen que nunca flameó más hermosa la bandera de este país en esas hermosas llanuras, cuando las fuerzas victoriosas avanzaron hasta Masaya.

El 15 de septiembre, pero del año 1821, se firmó el acta de Independencia  de Centroamérica.

Dos fechas  que convidan al homenaje, la evocación y el compromiso con el mañana. De hecho, son,  precisamente los jóvenes, los protagonistas de la conmemoración. En las escuelas secundarias se despliegan múltiples iniciativas, entre ellas el embellecimiento y engalanamiento de esos centros, donde ocupa un sitio de honor la bandera de los colores azul y blanco (en representación de la belleza de los océanos y la pureza que identifica al país), la misma bandera que ondea majestuosa como símbolo de un pedazo de esta América nuestra y martiana, donde se enseñorean los lagos y volcanes.

No deja de hablarse de Rubén Darío, el poeta símbolo y orgullo del país, y de Augusto César Sandino, el General de Hombres Libres, y también de tantos héroes y mártires  que a lo largo de tantos años han entregado sus vidas por una Nicaragua independiente y feliz.

Se anuncia la llegada aquí de la Antorcha Centroamericana que se recibirá en la frontera con Honduras por el mandatario Daniel Ortega, y  pasará por los 153 municipios nicaragüenses, y el 11 de septiembre estará en la capital, en la céntrica Avenida Universitaria, ante cientos de estudiantes, hijas e hijos de este pueblo.

Ferias solidarias en barrios pobres, pacientes operados gracias a la Misión Milagro, casas entregadas a familias de más bajo poder adquisitivo, becas otorgadas por Proyectos del ALBA, son algunas buenas nuevas que ocupan los espacios mediáticos de este país que festeja este septiembre victoriosos de la patria, con un llamado a la unidad y la reconciliación nacional, para cambiar Nicaragua, como se anuncia en los mensajes vistos por doquier.

Carnavales, fiestas populares, y un entusiasmo inusitado de los Pinos nuevos de los que habló nuestro Héroe Nacional José Martí, es el signo de esta querida Nicaragua, tan parecida a nuestra tierra, que casi nos hace sentir como en la patria, por el clima abrasador, pero más que todo por la sencillez y nobleza de su gente,  que, contra viento y marea,  se aprestan a construir una nación nueva, “con todos y por el bien de todos”.

 

 

 

 

 

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