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Antonio Guerrero: la sonrisa y la pureza como armas

Antonio Guerrero: la sonrisa y la pureza como armas

Antonio Guerrero cumple 51 años este 16 de octubre. Tras las rejas, pero más acompañado que nunca, el poeta combatiente volverá a tener la seguridad de que el amor volverá a cantar libertades y las palomas de la paz recorrerán océanos y continentes.

 

De sus Poemas confidenciales, el sitio digital Cubadebate ha recordado estos días estos versos encendidos:

 

No sé cuándo será y estoy ufano, pues sé que este será todo alegría, descenderá del cielo nuestro día y enjugaré tu rostro con mi mano. Reiré como un niño, limpio y sano, repartiré la miel de mi energía, seré una llama que en su cercanía, podrá fundir un amor artesano. Las lluvias y las sombras que han creado las nubes de este tiempo desolado, se irán al pozo que la luz encierra. El sol pondrá una rosa en cada esquina, blanca como tu alma y sin espinas, cuando la libertad toque la tierra.

 

El pasado 13 de octubre Antonio fue resentenciado por la Corte del Distrito Sur de la Florida a 21 años más diez meses de privación de libertad.

 

Tony está preso injustamente desde hace más de 11 años en Florence, Colorado, una de las instituciones penitenciarias más duras del mundo, donde los condenados pasan la mayor parte del día en confinamiento solitario, y es calificada por algunos como “el Alcatraz de las Rocosas” y su régimen carcelario como “la tumba en vida”.

 

 

De Antonio no se ha escuchado ni una palabra hiriente, ni una queja, ni un lamento. Nunca se le ha visto enojado.

 

En esa prisión fría y oscura ha superado todos los obstáculos y ha vencido el odio.

 

Imparte clases. Escribe de amor y de primavera. Hace poemas, dibuja rostros, naturalezas, objetos de su celda.

 

En una de esas pinturas se ve su camisa colgada, como símbolo mayor de optimismo. El título del cuadro es un canto de esperanza: “Algún día mi camisa de preso quedará ahí colgada”.

 

Antonio es más libre que sus verdugos, que quienes lo condenan sin escuchar los reclamos de personas nobles del mundo, los Amicus firmados por Premios Nobel y por parlamentos y personalidades del planeta. Sus poemas y sus pinturas pueden hallarse ya en cualquier esquina del planeta, porque han sorteado los muros de cualquier encierro.

 

Cintio Vitier escribió que “haber escrito tan poderoso y sostenido canto de amor en tan ominosas e injustas circunstancias, pasará a la historia de la patria como un imborrable triunfo espiritual.

 

Esa misma imagen de persona buena y noble es la que conserva e inspira a su hijo Tony, a su hermana Maruchy, a su madre Mirta.

 

“Algún día ustedes sabrán qué clase de ser humano es mi hijo”, dijo Mirta Rodríguez hace unos días a mujeres reunidas en el Pleno Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas.

 

Quienes han participado en las vistas realizadas, encuentran una similitud en Tony, su físico frágil, su prosa ardiente y su voluntad de acero con nuestro José Martí.

 

“Si hubiera querido describir cómo era Martí, ese día lo encontré en Tony”, ha afirmado Roberto González, a propósito de aquel 27 de diciembre del 2001, cuando presentó su Alegato de Defensa ante un jurado manipulado políticamente por la mafia cubano americana.

 

Aquel día Tony habló de sol, recitó versos de Mario Benedetti, de nuestro Apóstol, de Walt Whitman.

 

“La imagen de Martí que yo no tenía clara y que siempre había buscado, me la dio Tony ese día. Hizo un alegato suave por su forma, pero con voz muy enérgica. Un cuerpo frágil, muy delgado, vestido con un saco negro. De vez en cuando sacaba un pañuelo, lo usaba, lo volvía a guardar en el bolsillo. Y yo decía: me representa a Martí. Y a mi madre le sucedió lo mismo. Ella me dijo: Creo que si hubiera visto a Martí moverse ante mí un día, era como Tony”, ha expresado Roberto.

 

El pasado 13 de octubre, en la resentencia, los amigos vuelven a evocar la misma imagen.

 

“Dicen que cuando el héroe poeta atravesó la sala llevaba grilletes en los pies, pero le habían retirado las esposas. Que pasó erguido, recto, digno, sin desviar la mirada del lugar que tenía asignado. La Corte prohíbe los saludos. Así que, buscando una señal en el pozo profundo de su mirada limpia, alguien creyó ver un leve parpadeo de cariño. Nada más.

 

Esa mirada limpia con parpadeos de cariño es la que todos mantenemos este 16 de octubre, cuando un poeta-héroe celebra sus 51 años, encarcelado injustamente, pero más libre y acompañado que esos que pretenden verter en él todo el odio contra una isla que canta libertad y esperanzas.

 

 

  

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